En un mundo como el que vivimos, cada vez más tecnológico y lleno de chips y sensores, cada vez somos menos los que nos acordamos de lo fundamental y es que hoy en día todo, o casi todo, se puede comprobar y controlar de forma remota mediante el uso de miles de sensores y microprocesadores como los que cada día nos encontramos en todo lo que nos rodea, tanto en nuestros domicilios como en las empresas y en vías públicas, llegando incluso, en algunos casos hasta a poder ser reparadas sin intervención alguna in situ de los operarios de mantenimiento. Es por ello por lo que hoy queremos dedicar este post a uno de esos materiales que son héroes olvidados ya que nos permiten que la sociedad siga avanzando a su ritmo, mientras ellos ejercen su función pasando completamente desapercibidos.
Uno de estos materiales de los que os hablamos es en el que nos centraremos hoy y que como habéis podido leer en el título, es el polietileno, uno de los componentes más utilizados a la hora de hacer tuberías dados los múltiples usos que nos aporta. Lo cierto es que las tuberías de plástico, en general, centran cada vez más su uso a actividades industriales como redes de regadío, saneamiento, canalización de aguas fluviales e incluso al transporte de gas, sin embargo, las tuberías de polietileno vienen viviendo en los últimos años un gran crecimiento en su uso puesto que, aunque las venimos usando de manera convencional desde finales de la década de los noventa, ha sido en los últimos tiempos cuando han dado este salto cualitativo que ha pasado de conducciones de diámetros milimétricos a ser utilizadas de forma recurrente en toda aplicación relacionada con el transporte del líquido elemento.
Las tuberías de polietileno son uno de los materiales clave para el avance de la sociedad y esto lo tenemos muy claro puesto que sus características como son disponer de una gran flexibilidad, tener gran variedad de accesorios y unos costes de mantenimiento irrisorios, otorgar un comportamiento hidráulico muy digno gracias a su baja rugosidad, gran resistencia a la corrosión, una fácil instalación y lo que es más importante dado su uso, ausencia total de todo tipo de elementos tóxicos.
Este tipo de soluciones específicas tienen además la capacidad de poderse amoldar en función de las necesidades de cada caso en concreto por lo que su abanico de utilidades es todavía mayor del que nos imaginamos, sin embargo, si lo que queremos es contar con materiales de primera calidad, debemos tener de nuestra mano a Reboca, una empresa con más de treinta años de experiencia que nos aportará los mejores productos y consejos para poder hacer un trabajo de calidad por un módico precio.
Estas tuberías están homologadas para el transporte de agua apta para el consumo humano puesto que cumplen ampliamente con la Norma de Sistema UNE-EN 12201 que detalla los diferentes parámetros que han de tener este tipo de sistemas para poder ser certificadas y por tanto aprobadas para el uso que os hemos mencionado. Para poder cumplir estos parámetros han de trabajar a una presión de funcionamiento de hasta veinticinco bares calculados a una temperatura de referencia de veinte grados centígrados. Además, han de poder ser enterradas en el suelo estas tuberías, así como elevadas, como ocurre en las tuberías que cada día vemos situadas bajo los puentes de nuestras carreteras. En el caso de que debamos llevar agua a lugares alejados de la costa, estas canalizaciones también nos sirven como emisario submarino, por lo que son idóneas para transportar agua sea en el ámbito que sea.
Los ayuntamientos también apuestan por el polietileno
El polietileno es uno de los materiales más usados en nuestro país para las redes de abastecimiento de las ciudades, es por ello por lo que cuando se reforma una calle, se aprovecha que se levanta el asfalto para cambiar toda la red de abastecimiento y saneamiento por una nueva como es el caso que recientemente ha sucedido en el ayuntamiento canario de El Rosario donde ya han comenzado las obras de reasfaltado y reforma de la red de abastecimiento de uno de los caminos de la localidad.Otra de las actuaciones más comunes por parte de los consistorios es la de cambiar tramos de la red en función de que las antiguas vayan mostrando síntomas de desgaste, llegando incluso en ocasiones a situaciones peligrosas derivadas de reventones.