El coach en las empresas.

Las técnicas de coach y de crecimiento personal pueden contribuir a consolidar equipos de trabajo en las empresas. Y que estos, tanto los miembros individualmente como el grupo, alcancen sus objetivos. Haciendo que las empresas sean más productivas.

Vanesa A. Ruiz, coach y formadora en Life Transition, un proyecto que ha ayudado a multitud de personas a lo largo de los años a alcanzar sus metas personales y a superar baches que se presentan en la vida, opina que el coaching ayuda a las empresas a encontrar nuevas y mejores formas para alcanzar sus objetivos.

El coaching empresarial se hizo popular en Estados Unidos entre los ejecutivos de las multinacionales en los años 80. En una época en la que se estaba empezando a globalizar la economía y en un marco enormemente competitivo, las grandes empresas necesitaban que sus directivos se encontraran motivados. Que dieran lo mejor de sí mismos, con una fortaleza emocional suficiente como para afrontar los retos y las dificultades que aparecían en el camino.

Este es el momento en el que se formula la importancia de la mentalidad en el mundo de los negocios y de la empresa. Una condición cero, ya que sin una mentalidad adecuada, por mucha preparación y medios que se pongan al alcance del profesional, difícilmente podrá alcanzar las metas.

Es cuando el concepto de la superación personal entra de lleno en el mundo empresarial. Cuando aparece el enfoque tan manido de dar “tu mejor versión.” A finales de aquella década emergen figuras inspiradoras como Steve Jobs y Bill Gates. Personas que, partiendo de cero, se hicieron a sí mismos y llegaron a lo más alto.

Hoy sabemos que detrás de Jobs y de Gates había mucho más que mentalidad de superación. El coaching en el mundo empresarial ha evolucionado bastante en los últimos 40 años. Fruto de los resultados conseguidos se ha extendido a todos los eslabones de la producción.

El coaching empresarial de hoy no es patrimonio exclusivo de Silicon Valley y de Wall Street. Cualquier empresa, con independencia de su tamaño, con independencia del sector económico al que pertenezca, puede utilizar técnicas de coaching y de crecimiento personal para cohesionar a sus trabajadores en torno a unos objetivos. Veamos en concreto cómo se hace.

Cómo se aplica el coaching en las empresas.

El coaching en el ámbito empresarial se ha consolidado como una herramienta efectiva para el desarrollo y optimización de talentos. Su aplicación responde a la necesidad de mejorar el rendimiento dentro de las organizaciones, así como para fomentar el liderazgo y la gestión efectiva de equipos.

En este contexto, una de las razones fundamentales para la implementación del coaching es su capacidad para potenciar el crecimiento profesional de los individuos. A través de sesiones personalizadas, los empleados pueden identificar y superar obstáculos, desarrollar habilidades clave y desbloquear su potencial. Este enfoque no solo beneficia a los empleados a nivel personal, sino que también repercute positivamente en el rendimiento general de la empresa.

En cuanto a las técnicas utilizadas en el coaching empresarial, estas pueden variar, pero algunas son comunes en su aplicación. El feedback constructivo es una de ellas, brindando a los individuos una retroalimentación específica y objetiva sobre su desempeño. Esto permite la identificación de áreas de mejora y la formulación de estrategias para abordarlas.

Otra técnica clave es la definición de metas claras y alcanzables. A través del establecimiento de objetivos específicos, medibles y realistas, los profesionales pueden dirigir sus esfuerzos hacia resultados tangibles. El coaching colabora en la creación de un plan de acción, proporcionando herramientas y apoyo para lograr estas metas.

La comunicación efectiva también ocupa un lugar central en el coaching empresarial. Mejorar la habilidad para expresar ideas, escuchar activamente y gestionar conflictos contribuye significativamente al funcionamiento armonioso de los equipos y al fortalecimiento de la cultura organizacional.

Por otro lado, técnicas importadas de otros ámbitos como el mindfulness ayuda a los trabajadores a lidiar con el estrés y la ansiedad que genera la actividad diaria competitiva en la empresa.

Al utilizar técnicas como el feedback constructivo, la definición de metas, el mindfulness y la mejora de la comunicación, se busca potenciar el rendimiento y el liderazgo en un entorno empresarial dinámico y competitivo. Este enfoque no solo impacta positivamente en los resultados de la empresa, sino que enriquece la experiencia profesional y personal de los individuos.

Integrar los objetivos individuales en el plan de empresa.

Toda empresa para funcionar correctamente debe trazarse un plan con objetivos a largo, medio y corto plazo. Así como estrategias, métodos y medios para alcanzarlos.

Los objetivos benefician principalmente a los propietarios de la empresa. Los trabajadores, que son los que los van a ejecutar el plan, actúan movidos por otras motivaciones. El asesor empresarial Michael Page remarca en su blog la necesidad de integrar las aspiraciones personales de la plantilla en el plan de la empresa. Es decir, conseguir una colusión de intereses, de manera que todos los miembros actúen en la misma dirección.

Todo trabajador comprende que si le va bien a la empresa eso le beneficia personalmente, pero no es su motivación principal. Los trabajadores aspiran a tener cada vez mejores condiciones económicas y de trabajo, a desarrollarse profesionalmente y a que su labor sea reconocida. Todo ello, dentro de un ambiente amigable en el que se sientan cómodos. Por tanto, la empresa es el escenario en el que el individuo se va a desarrollar profesionalmente.

En otros tiempos, las pequeñas y medianas empresas de nuestro país difundían la visión de la empresa, era una gran familia. Este enfoque ha quedado obsoleto. Está claro que pasamos gran parte de nuestra vida trabajando, pero nuestra familia es la que es y nuestros amigos son aquellos que nosotros elegimos.

Para integrar plenamente a los trabajadores en el plan de la empresa, este debe ser sensible a las aspiraciones personales de los miembros de la plantilla. Algunas escuelas de relaciones laborales contemporáneas como la Escuela de las Relaciones Humanas de Elton Mayo coinciden en señalar que crear un ambiente agradable para los trabajadores aumenta su productividad en la empresa.

Esto implica crear un buen ambiente de trabajo, donde además el trabajador se sienta escuchado y valorado dentro de la empresa. Si, además, la empresa es perspicaz, podrá sacar el mejor potencial a sus empleados sin necesidad de forzar la situación.

El coach es un acompañante.

Es importante señalar que el coach no es ningún instructor, ni ningún jefe en la empresa, Es un profesional que va a acompañar al trabajador en su desarrollo profesional, aportándole determinados enfoques y un apoyo emocional para que desarrolle las mejores habilidades de las que dispone. Esto es clave para que el proceso de coaching produzca resultados.

La web de la escuela de negocios Esneca señala que las funciones de un coach dentro de una empresa son fundamentalmente estas 6:

  1. Fijar metas individuales y profesionales. Es importante que el coach conozca las aspiraciones de cada trabajador y sintetice o proponga objetivos para que los alcance de acuerdo con sus inquietudes. Lógicamente, estas metas deben estar alineadas con los planes y proyectos de la empresa. El trabajo del coach es un trabajo individualizado.
  2. Ofrecer un enfoque claro. Una vez fijada una meta es importante focalizarse en su consecución. Uno de los problemas que tenemos los seres humanos es que somos propensos a la dispersión. En la vida nos aparecen un montón de estímulos que hacen que dejemos de prestar atención a aquello que nos interesa. Nuestras metas individuales se convierten entonces en una referencia, en una aspiración, pero no en una guía para nuestro trabajo.
  3. Sacar la mejor versión de la persona. Esto implica detectar las mejores capacidades y habilidades de un individuo, potenciando que las desarrolle y entrando en colaboración con el resto de equipo. No se trata de que todos hagan lo mismo, sino que cada uno contribuya al grupo con aquello que mejor sabe hacer y más satisfacción le reporta, coordinándose con sus compañeros. Es como un equipo deportivo bien integrado, en el que cada uno cumple un rol y contribuye desde su puesto a que el equipo gane los partidos.
  4. Fomentar el aprendizaje continuo. Es importante educar a la gente en que la vida es un aprendizaje continuo, necesario para perfeccionar aquellas habilidades que disponemos y adaptarlas a los tiempos actuales y a las circunstancias concretas. Nunca se es demasiado viejo para aprender y nunca se sabe todo.
  5. Descubrir nuevas habilidades. Con frecuencia los individuos disponemos de habilidades de las que no somos conscientes. Entrar a desempeñar una tarea que no solíamos realizar o introducir determinados cambios en la que ejecutamos puede descubrirnos facetas de nosotros mismos que desconocíamos. Una de las capacidades del coach es saber detectarlas y hacerlas evidentes.
  6. Ofrecer apoyo y motivación ante las dificultades. Este es un aspecto clave. Ningún proceso en la vida, ni tampoco en la empresa, es un camino de rosas. Saber afrontar las dificultades y superarlas es fundamental para el desarrollo profesional del individuo y el avance de la empresa.

La actitud y la motivación están en la base de todo crecimiento tanto individual como en un grupo.