La vida del empresario es una de las más duras que hoy en día depara la vida moderna. No en vano, una persona que se encuentra al cargo de una empresa debe estar constantemente informado de todo aquello que afecte a su organización y también necesita gestionar y tramitar una montaña de asuntos para que dicha empresa pueda ejercer su actividad de la mejor manera posible, sin contratiempos de ninguna clase.
Todo ello le supone al empresario tener que trabajar durante un montón de horas cada día, hasta altas horas y también durante jornadas festivas. Esta carga de trabajo genera, en multitud de ocasiones, problemas de salud para la persona. Y es que pocas cosas hay peores que la falta de descanso y la imposibilidad de tener tiempo libre para ocupar nuestra mente con actividades relacionadas con el ocio.
Hace cuatro años comencé mi andadura empresarial creando una empresa de transporte de mercancías. Al tratarse de una entidad pequeña y que cuenta con un personal limitado, mi función ha sido básicamente la de obtener los mejores camiones, sus respectivas licencias de circulación, relacionarme con los clientes, ejercer labores de contabilidad… y muchas cosas más. La consecuencia de todo ello ha sido el escaso tiempo libre que he tenido durante estos años y el estrés que he venido acumulando.
Combatir una situación como esta es complicado. Además de no quedarme mucho espacio para la vida familiar, he necesitado alguna ayuda para aguantar todos esos esfuerzos. Una ayuda que para mí ha sido fundamental y que me llevó algún tiempo descubrir. Una ayuda que guardaba una estrecha relación con mi alimentación y que cambiaría mi vida para 2015.
Ese año sentía que no podía más. Cada día trabajaba una media de entre 13 y 14 horas y todo el mundo me recomendaba contratar a alguien que se encargara de algunas de las funciones que yo realizaba. Sin embargo, para la empresa era imposible asumir ese coste económico. Me tenía que seguir haciendo cargo de todas mis obligaciones y para soportarlo comencé a pensar en complementar mejor mi alimentación.
Mi gran duda era cómo hacerlo. Se trataba de un tema demasiado importante como para ejercerlo al tuntún, así que durante varios días me dediqué a obtener información relevante de cara iniciar una mejora alimenticia que me permitiera combatir contra el cansancio y, de paso, contra el envejecimiento que en mí estaba causando la carga de trabajo. Aquella búsqueda dio resultados porque, para mi gran fortuna, di con Probelte Biotecnología.
Esa entidad podría proporcionarme productos como los que estaba deseando conseguir. Entre otros, se encontraba Secret to Live, un complemento alimenticio antioxidante elaborado con aceite de oliva virgen extra. Se trataba de un producto patentado y homologado, por lo que estaba convencido de que podría ayudarme a recuperar la fuerza y la vitalidad que siempre me han caracterizado.
Una ayuda indispensable
Tras adquirir Secret to Live y utilizarlo durante unos cuantos meses, mi valoración no podía ser mejor. Había conseguido recuperar parte de las ganas y de esa fuerza que había perdido y por tanto había comenzado a afrontar mis obligaciones con una mayor ilusión, cuestión indispensable para llevar a buen puerto cualquier trabajo o empresa.
Con el paso del tiempo he seguido adquiriendo Secret to Live y la verdad es que mi vida ha sufrido un cambio considerable. Recuperar las ganas me ha hecho ser más eficiente, y ser más eficiente me ha beneficiado en el sentido de que he podido disminuir mis horas de trabajo y comenzar a dedicar más tiempo a mi familia, que realmente se lo merece.
Es probable que los próximos años siga necesitando muchas horas para desempeñar mi trabajo. Como apuntaba al principio, la vida del empresario es dura y lo seguirá siendo. Pero hay modos de combatir esa dureza. Yo he encontrado uno y la verdad es que está sirviendo de mucha ayuda. Ese seguirá siendo mi sustento.