La domotización se vuelve impresindible

Hubo una película que personalmente me marcó mucho, Minority Report, una película futurista protagonizada por Tom Cruise, en la que manejaba interfaces con las manos en una pantalla de ordenador como si fuese magia. En el momento que se estrenó la película soñábamos en tener esa tecnología, pero lo que en realidad pasó es que las empresas se inspiraron para acercarse más y más a ese concepto.

Las empresas desarrolladoras de tecnología han aprovechado la capacidad técnica de fabricar procesadores diminutos para introducirlos en elementos comunes del día a día, como una lámpara, una lavadora o los enchufes. A esto se le ha llamado el Internet de las cosas, ya que estos aparatos son capaces de conectarse a Internet.

Esta capacidad de conectarse a Internet permite controlar elementos de nuestra casa desde el ordenador o el Smartphone. De hecho tanto los sistemas operativos dominantes en el mercado de los smartphones, iOS y Android, están apostando fuerte en cada versión para introducir aplicaciones nativas para controlar estos ítems.

Pues bien, llega la hora de hacerse la pregunta, ¿es necesaria esta tecnología en este momento? La respuesta depende, porque cada empresa o consumidor tiene una necesidad concreta. Se puede vivir sin aparatos conectados a Internet, pero hay que ver qué nos aporta tener una casa llena de ítems conectados a Internet que pueden ser controlados por el móvil.

Principalmente aportan un control superior, ya que permiten controlar procesos de manera precisa, además de que pueden facilitarnos mucho la vida. No nos olvidamos de un aspecto importante, el consumo de energía, que gracias al control manual y automático puede reducirse en gran medida.

La relevancia de tener los recursos controlados

Pongamos un ejemplo, llegas a tu casa y te diriges al garaje, y automáticamente se abre la puerta gracias al dispositivo NFC que dispone tu móvil es detectado y realiza la acción. Nada más abrirse el coche se encienden las luces sin tocar ningún botón porque tu smartphone ha enviado una señal a las luces. Y lo mejor de todo, entras en casa y está fresquita, ya que mediante un comando de voz has ordenado que se encienda el aire acondicionado.

Podemos ver varios aspectos en este ejemplo, por un lado la comodidad. Se simplifica mucha la manera de gestionar los procesos cotidianos, lo que nos ahorrará un buen tiempo al cabo del año. Y por último vemos como la energía se utiliza en el momento preciso, porque no necesitas gastar más de lo necesario para hacer las tareas que puedes hacer normalmente.

Las casas domóticas son parte del presente, y cada vez vamos a ir viendo cómo se integran en nuestra sociedad. Los motivos son varios, por un lado, el ahorro que generan, ya que están diseñados con las últimas técnicas en ingeniería que permiten que el flujo de corrientes de aire enfríe o caliente la casa u oficina. Además, son casas con un impacto en el medio ambiente muy pequeño, ya que disponen de energías renovables.

Actualmente existen empresas como Delbin Ingeniería, que analiza las necesidades específicas de cada cliente y diseña un sistema domótico personalizado para aportar beneficios en distintos aspectos como el confort, la seguridad, el ahorro, etc. Contar con una empresa que examina tus necesidades y las integra es fundamental para el mencionado ahorro.

En conclusión, domotizar las casas y oficinas es una cuestión relevante, ya que nos permitirá ganar comodidad y tiempo a la vez que ahorraremos en facturas de luz, calefacción, agua…