Septiembre, el mes ideal para empezar a darle bombo al turrón

El mes de septiembre pone fin a una de las épocas del año preferidas por muchos: el verano. Y, con él, se marchan las vacaciones de todos aquellos que han tenido la suerte de disfrutar de unos días de asueto durante estas semanas de intenso calor. No cabe la menor duda de que es una mala noticia para todos nosotros y nosotras, pero hay que aprender a mirar las cosas de otra manera. Por ejemplo, podríamos decir que el mes de septiembre es el que inicia la cuenta para que llegue otro de los momentos más esperados del año, que no es otro que la Navidad.

Y, al empezar la cuenta atrás para que llegue la Navidad, también empieza la cuenta atrás para disfrutar de la mejor gastronomía que tenemos en España. Durante los últimos días del año se comercializan productos que no suelen ser habituales durante el resto de los doce meses. Y uno de esos productos es el turrón, del cual en España somos especialistas en lo que respecta a su producción. Desde luego, todos y todas sabemos que, sin un elemento como lo es el turrón, la Navidad tendría menos sentido.

Aunque la venta y el consumo de turrón se realice principalmente durante el mes de diciembre, este mes de septiembre es de vital importancia para un producto así. Y lo es porque su producción ya se encuentra en un estado avanzado. Septiembre, de hecho, es el mes en el que las compañías productoras deben cerrar la campaña de Navidad. Todo lo que se produzca a partir de ahí llegará tarde a las tiendas. Y es que la gente empieza a comprar todo lo relativo a la Navidad desde el mismísimo mes de octubre. Seguro que en vuestra familia lo habéis podido notar.

Además, el mes de septiembre también es un buen momento para comprar este tipo de productos por parte de los comercios de alimentación minoristas. El precio del turrón en este mes es mucho más barato que el que podrá adquirir en los meses de octubre o de noviembre. De ahí que tantos comercios minoristas se lancen a por el turrón con tanta antelación. Comprar a un precio más barato será sinónimo de poder vender a un precio también más barato, una situación que nos permite mantener nuestro margen de beneficios y que, al mismo tiempo, nos hace ser competitivos de cara a la clientela.

Para el comercio minorista que tenga que ver con el negocio de la alimentación, el mes de septiembre no se puede terminar sin haber adquirido una buena cantidad y variedad de turrones. Este es el mes en el que más turrón se vende al por mayor de todo el año, en especial a causa de la gran cantidad de negocios minoristas que comienzan a preparar sus exposiciones de Navidad de cara al mes de octubre. Hemos contactado con los responsables de una entidad como lo es la turronería Adelia Iváñez y nos han comentado que, en efecto, el noveno mes del año es uno de los que más trajín trae consigo.

Un producto típico de la gastronomía española

El turrón, como la paella, el vino o demás productos, es uno de los alimentos más característicos de la gastronomía española. Según una noticia que fue publicada en la página web de El Español, los españoles consumimos, de media cada año, unos 580 gramos, teniendo una especial predilección por los turrones de chocolate. Son datos del año 2016 pero que se han mantenido más o menos constantes durante estos tres años. Y es que está claro que a los españoles y las españolas nos vuelve locos y locas el turrón.

Otra noticia, publicada un año antes en el diario El Mundo, ofrecía varias de las cifras que nos deja el sector del turrón en el interior de nuestras fronteras. Entre ellas, hay que destacar que el sector emplea a más de 3.500 personas en todo el país, que se produce un total de 32.000 toneladas al año y que la facturación creció un 5% en 2014. Las regiones en las que más se consume este producto son Asturias, Euskadi y Cataluña y se estaban empezando a explorar mercados como lo podía ser el estadounidense.

Esas cifras deben servir a los comercios minoristas de alimentación de este país para apostar por un producto como este. Y ahora es el momento. El turrón es algo de lo que nadie en España se priva cuando llega el mes de diciembre. A todo el mundo le apetece, todo el mundo lo prueba y a todo el mundo le gusta. Es lo que tiene no haberlo consumido casi durante un año. Que se coge con muchas más ganas. Y esa es la razón por la que hay que apostar por él sin dudar.