Como mejorar los resultados de tu empresa

Inmersos ya en el 2019 empezamos el año con la necesidad de aprobar las cuentas anuales, y este momento es el idóneo para saber dónde hemos pinchado durante el 2018, y dónde hemos obtenido beneficios y éxitos. Porque no siempre podemos avanzar en todas las áreas, y luego siempre surgen imprevistos que no detectamos a tiempo, pero que es en este momento el adecuado para darse cuenta.

Mejorar es cuestión de perseverancia, sobre todo ahora que el mercado está saturado y que no solo competimos con empresas nacionales, sino que también competimos con empresas de todo el mundo gracias a la globalización y a los grandes avances en logística que se han producido en los últimos años.

En este sentido cobra mucha importancia el eCommerce o el comercio electrónico, que te permite tener abierta una tienda veinticuatro horas al día los siete días de la semana. Lo que supone una ventaja competitiva que te permite luchar de tú a tú con otras grandes empresas de los diferentes sectores empresariales.

En cualquier caso, lo que buscamos los empresarios año tras año es elevar nuestras ventas, mejorar nuestros servicios y mejorar los costes. Porque seamos realistas, nadie dirige una empresa por amor al arte, el beneficio se persigue y cuanto más mejor. Aunque hayan excepciones de empresarios que llegados a un punto no quieren seguir creciendo por el sobresfuerzo que supone.

En el artículo de hoy vamos a hablar precisamente de cómo podemos mejorar en este 2019 nuestros resultados, ya que la respuesta nos sale de carrerilla, pero llevarla a la práctica no siempre es tan sencillo como parece. Recordar cómo volver al camino de los beneficios en el caso de que hayas tenido pérdidas no es malo, sino todo lo contrario, es una ventaja.

El control de los costes y del personal es la clave

Para mejorar los resultados de una empresa hay que incrementar las ventas, o reducir los costes. Las cifras de ventas se mejoran aumentando la cantidad de productos subministrados, o aumentando su precio de venta. Por su parte los costes se pueden descomponer en distintos conceptos: personal, máquinas, compra de mercancías, etc. En general las empresas son sensibles con los precios de adquisición de estos elementos, intentando disminuir sus costes negociando con los proveedores.

Una manera de reducir los costes es mejorando las máquinas que se utilizan para producir los productos y servicios, con el fin de conseguir mayor efectividad (reduciendo el esfuerzo). Si ponemos de ejemplo el sector de la panadería y repostería, no es lo mismo trabajar con las manos que con máquinas industriales que amasan automáticamente, mientras que el trabajador puede centrarse en otro aspecto. Si deseas ver alguna de esta maquinaria de panadería y pastelería, no dudes en visitar la web de Maquinaria MyM.

También es latente la preocupación para controlar los sueldos de los empleados. En cambio se detecta en general una falta de control de los recursos internos, lo cual repercute en un aumento de costes debido a la poca optimización de los elementos que intervienen en producción.

El grado de mejora de este factor depende del tipo de producción, de la repetitividad de las tareas, de las interacciones entre el personal, de la sistematización de proceso, etc. Pero si se calculan los costes de personal de todo un año, y averiguamos, por ejemplo, que supondría una mejora simplemente de un 5 por ciento, quizás nos sorprendamos del potencial que esto representa.

Es lógico que para cada nueva acción que supone una transacción monetaria, tengamos una actitud activa para sacar el máximo provecho de la operación. Esto ocurre en una compra de materia prima, o una compra de una nueva máquina, un nuevo presupuesto de venta, o una incorporación de un nuevo empleado.

Por el contrario, la productividad de un empleado o de una sección, puede ser difícil de medir, y puede camuflarse en el tiempo. Suele abundar la información subjetiva sobre el rendimiento de cada empleado, pero no es una información contrastable, ni exhaustiva, e incluso en demasiados casos se trata de una información errónea. Por ejemplo, hay empleados que trabajan con vigor y dinamismo, y sin embargo al final son menos eficaces que otros aparentemente más lentos.