Por lo general, cuando se piensa en un abogado de familia se asocia directamente a malas noticias, cuando la realidad es que estos profesionales hacen mucho más que ayudar en los malos momentos.
Y es que sucede que hay mucha desinformación al respecto y realmente no se sabe qué hace, por qué lo hace y cómo puede ayudar. Por eso, para resolver todas estas dudas, Peñalva Abogados nos cuenta todo lo que debemos saber a la hora de elegir un abogado de familia.
¿Quién es el abogado de familia?
Los abogados de familia son aquellos profesionales del derecho que se encargan de trámites que están directamente relacionados a la familia como Matrimonio y uniones de hecho, separaciones y divorcios, filiación, patria potestad y custodia de menores, pensiones alimenticias y pensiones compensatorias, regímenes económicos matrimoniales, y herencias y sucesiones, entre otros.
En el caso de estos abogados es fundamental que, al tratarse de temas que implican emociones y seres queridos, sea uno que tenga como bandera la empatía, paciencia y comprensión que pueda ofrecerle a sus clientes. El abogado de familia no solo debe ser un jurista absolutamente competente, también debe ser un profesional sensible.
Esta doble necesidad hace que no sea fácil encontrar a un buen letrado especializado en derecho familiar y ello porque los clientes entienden que son casos desde el principio complicados a nivel emocional y que requiere de una persona que pueda unir el conocimiento técnico con la parte humana, ya que deben tomarse en cuenta los siguientes puntos:
- El abogado de familia debe ser un buen conocedor del derecho civil, pero que en la generalidad de las ocasiones, también debe de conocer otras ramas del derecho, como el derecho mercantil o derecho internacional. También es frecuente que intervengan elementos fiscales; por ejemplo, al heredar, divorciarse o contraer matrimonio entre otros, porque los casos así como las personas son diferentes y se necesita de un profesional con conocimientos transversales para que pueda atravesar todas las necesidades puntuales que pueda presentar el caso.
- Respecto al elemento de la sensibilidad, resulta más trascendente de lo que parece. Por ejemplo, los repartos de herencias suelen ser momentos muy tensos para la familia. Aún cuando el testador ha dejado un buen testamento y designado albaceas es frecuente que aparezcan rencillas familiares, ya que por lo general se trata de demasiadas emociones juntas que hacen que los dolientes respondan de forma poco agradable. Un buen abogado de familia será capaz de dar a cada persona el trato que necesita, reduciendo la tensión y evitando confrontaciones entre los miembros de la familia. Lo mismo ocurre en los procesos de separación y divorcio, donde la presión interna puede llevar a que los cónyuges empleen elementos como la custodia o las pensiones como arma arrojadiza contra su ex pareja.
- Otro punto fundamental que debe tomarse en cuenta con respecto a la necesidad de un profesional sensible y empático, es que este sepa escuchar y se involucre en todos los aspectos que pueden ser importantes para llevar el caso a buen término. Por lo mismo, el profesional debe estar dispuesto a tomarse el tiempo necesario para escuchar con atención todo lo que su cliente deba decir, pues de esto dependerá todo el accionar legal que pueda utilizar el abogado para proteger los intereses de su representado.
¿Cómo elegir un abogado de familia?
Ya hemos conversado sobre la importancia de que el profesional esté preparado académicamente, pero que además tenga características positivas a nivel humano. Sin embargo, hay otros aspectos que deben tomarse en cuenta a la hora de elegir un abogado familiar, los cuales explicaremos a continuación:
- Habilidades en el ámbito comunicacional: En el ámbito familiar, siempre que se pretendan evitar tensiones, serán fundamentales las habilidades comunicativas, ser capaz de negociar con solvencia, pero también de evitar malentendidos y de facilitar el intercambio de opiniones. Es importante que un abogado de familia no solo sea de confianza sino que también lo parezca, la sinceridad y el realismo ayudarán a que todas las partes implicadas tomen en consideración las estrategias y propuestas de tu abogado.
- Experiencia real en el área: Los abogados generalistas están bastante involucrados en los casos familiares y por línea general obtienen buenos resultados. Sin embargo, esto no es lo ideal ya que contar con un especialista en derecho familiar es la mejor decisión que puede tomarse. Dependiendo del caso, se deben tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Opta por un abogado especialista si se necesita acudir a los tribunales. Su experiencia en litigios similares incrementará las posibilidades de éxito.
- Elige un abogado generalista si vas a desarrollar una relación de larga duración. Al ir conociendo tu situación personal y familiar tu abogado se convertirá en un profesional de referencia que podrá ayudarte cada vez que aparezca una duda legal.
- Empatía y confianza: la empatía es una virtud en el ámbito del Derecho de Familia, la especialización que requiere la profesión jurídica, así como su elevada tecnificación, conducen en ocasiones a que los letrados sean distantes y calculadores logrando así mantener sus emociones a raya y no involucrarse demasiado a nivel emocional. Sin embargo, un abogado capaz de entender tus necesidades y también tus sentimientos, así como los de los demás involucrados, será el ideal en casos en los que se trate con seres queridos. Los abogados de familia son profesionales empáticos, que además de conocer el ordenamiento jurídico deben comprender tus verdaderas necesidades, lo cual sólo es posible si disponen de toda la información relativa al asunto sin medias tintas y sin mentiras, lo que significa una comunicación abierta y real. Si pierdes la confianza en tu letrado, lo mejor será que busques a otro profesional para defenderte, pues como hemos mencionado reiteradas veces, en los casos familiares todo debe tratarse con el mayor respeto a todas las partes, de forma que se eviten males mayores.
- Reputación del bufete de abogados o del abogado personalmente: En estos casos suele haber dinero en juego o algún tipo de ganancia por lo que resultará adecuado conocer el ratio de éxitos. El ámbito familiar, a diferencia del penal, no trata con determinados temas por lo que es común conseguir que la cobertura de las necesidades se dé en los ámbitos más diversos, por ello es fundamental que el profesional sea uno que pueda encarar diferentes ramas del derecho, pero que además tenga una serie de resultados que lo respalden.
- Profesional realista: La honestidad y confianza debe ser por ambas partes, un abogado que diga sólo lo que su cliente desea escuchar y que no le hable con la verdad en la mano, no es un profesional que pueda cuidar de sus intereses. Un abogado debe ser honesto y realista con respecto a las posibilidades de éxito, sin generar falsas expectativas.
- El abogado debe permitirte estar al tanto y seguir los avances del caso: Un abogado de familia se encargará de toda la parte técnica del asunto que pongas en sus manos. Sin embargo, es importante que conozcas en qué situación se encuentra tu caso en todo momento. Por eso, uno de los elementos más importantes a la hora de elegir un buen letrado es que este te permita realizar un seguimiento constante del asunto sin guardarse información y siempre siendo honesto. La comunicación permanente con el representante legal es fundamental para reforzar la relación de confianza y garantizar el conocimiento del estado del caso.
- Ser habilidoso a la hora de negociar: Las dotes negociadoras son fundamentales en un abogado de familia, esta filosofía del acuerdo y la negociación es la mejor de las opciones cuando se trata de casos familiares, por lo que el profesional debe ser bueno en las negociaciones para obtener resultados justos y que beneficien a todos los involucrados.
- Idealmente el profesional debe inclinarse a llegar a resoluciones extrajudiciales: En los casos familiares lo ideal es evitar tener que llegar a instancias judiciales por el bien de todos los involucrados. Un buen abogado familiar intentará negociar y llegar a acuerdos positivos que eviten un proceso tan complejo, agotador y traumático como llegar a los juzgados.
Un aspecto muy importante que se debe tomar en cuenta es el aspecto económico a la hora de elegir a un abogado familiar. Sin embargo, es fundamental que el presupuesto no sea el determinante, sino que lo sea las capacidades del profesional y que estas se adapten a las necesidades puntuales del caso a tratar.
Es evidente que no todo el mundo puede permitirse contratar al mejor abogado de la ciudad. No obstante, se debe pensar en que este profesional será el encargado de llevar a feliz término procesos que, como hemos mencionado antes, son complicados a nivel personal y que involucran a seres queridos o patrimonios, por ello lo ideal es invertir en uno que sea realmente bueno y que intente hacer el proceso lo más llevadero posible.
Elegir un abogado familiar es fundamental si queremos proteger a nuestros seres queridos ante un evento que implique grandes cambios. Por ello, es importante que estos sean no solo buenos abogados, sino buenas personas que intenten que todo sea lo más sano y menos doloroso posible.