Las salas de control más habituales.

Sala de control

Cuando nos hablan de salas de control, pensamos en el puesto de la DGT (Dirección General de Tráfico) que sale en las noticias cada vez que hay una operación salida. Este es solo un ejemplo de lo que es una sala de control. Lo cierto es que estas instalaciones son más frecuentes de lo que pensamos. Un instrumento fundamental para prestar una amplia gama de servicios y para garantizar la producción en la industria. Estas son algunas de las salas de control más habituales que existen.

Una sala de control es una habitación, con el equipamiento tecnológico adecuado, desde la que se monitoriza en tiempo real un proceso o un acontecimiento determinado.

Las salas de control son fundamentales para facilitar la toma de decisiones. En función de lo que está pasando, de cómo se está desarrollando la realidad, se pueden ajustar las planificaciones e introducir cambios para conseguir unos objetivos.

Desde las salas de control se lleva un seguimiento detallado de los proyectos y desde ellas se realiza la gestión inmediata de la producción.

Los técnicos de Servicios industriales de Gestión (S.I.G.), una empresa madrileña que lleva más de 35 años diseñando y equipando salas de control, dicen que hay tantos tipos de salas de este tipo como actividades a las que se dedican.

Hasta ahora, hemos hablado de las salas de control en un sentido general. Vamos a ver en concreto qué son desde analizar las más habituales.

Energía.

Las salas de control son fundamentales para garantizar cualquier suministro energético: electricidad, gas natural, agua.

Fundación Endesa dice que existe un centro de control en cada área de suministro de electricidad. El centro de control es el espacio físico en el que trabajan los técnicos en operaciones. Los responsables de la conducción de toda la red eléctrica de la zona geográfica que tienen asignada. Cada centro de control dispone de tres salas de control: la sala de alta tensión, la de media tensión y la de baja tensión.

La primera de estas salas, supervisa toda la red de alta tensión que discurre por el territorio que controla. Es decir, el sistema de cables que conduce la electricidad desde las centrales de producción hasta los transformadores. Se preocupa de gestionar los trabajos de mantenimiento de estas líneas y de localizar y resolver las incidencias. Esta sala es la que restablece el suministro eléctrico cuando ha habido un corte de luz que afecta a una ciudad o a una barriada entera. Toda la red de alta tensión está tele-controlada y automatizada.

La media tensión es la que abastece a las instalaciones industriales que trabajan con una potencia de entre 3 y 30 Kv y la que transporta la electricidad desde las estaciones transformadoras de distribución hasta los transformadores que bajan el voltaje para uso doméstico.

Desde las salas de control de media tensión se supervisa toda esta red y se configuran los cambios de red eléctrica. También son los encargados de estudiar, aprobar o denegar los cortes de suministro necesarios para resolver ciertas averías en la red o para mejorar las instalaciones. Esta sala proporciona, de manera sistemática, información al Servicio de Atención Telefónica de la compañía eléctrica y a los centros de Control de Calidad de Suministro.

Por último, la sala de control de baja tensión es la encargada de garantizar que la electricidad llega sin interrupciones a los domicilios y a las empresas. Esta sala es la que se preocupa de resolver incidencias y averías que afectan a un edificio concreto o un conjunto de edificios, siempre que el incidente sea causado por un fallo en la red eléctrica.

Seguridad.

Muchos edificios de oficinas, centros de ocio y eventos culturales y deportivos cuentan con una sala de control que va más allá de la garita con monitores de televisión de un vigilante de seguridad.

Uno de estos centros está en el parque de atracciones de Madrid. En su sala de control se visualizan las cámaras de videovigilancia que están repartidas por todo el parque. Las de los paseos que conducen a las atracciones, las de la entrada y las del aparcamiento. También dispone de una estación de radio de uso interno.

El centro de control tiene conexión directa con los vigilantes de seguridad, a los cuales coordina y dirige hacia aquellos puntos donde es necesaria su presencia. Esta sala también está conectada con los servicios sanitarios. Atendiendo cualquier urgencia de salud que pudiera aparecer en sus instalaciones.

El funcionamiento de las atracciones de los parques temáticos y de los parques de atracciones de nuestro país está controlado rigurosamente. Para ello existe un organismo público que vela por su seguridad. La AEPTA (Asociación Española de Parques Temáticos y de Atracciones).

El montaje de cada atracción se monitoriza de principio a fin. Todas las atracciones reciben revisiones mecánicas e inspección de entornos de manera periódica. Cuando una atracción sufre una avería, se cierra al público y no se vuelve a abrir hasta que no se han efectuado las pruebas oportunas que garanticen su seguridad.

Todas las atracciones tienen personal asignado a su cargo, que no solo se ocupan de que se haga un uso ordenado y responsable de las mismas, sino que controlan su funcionamiento directo. Aun así, la sala de control del parque, monitoriza las atracciones por diferentes vías y con distintos indicadores, detectando posibles incidencias que pudieran pasar desapercibidas para los operarios.

Industria.

Es raro que una factoría mediana o grande, o una cadena de montaje no dispongan de una sala de control para garantizar que la producción sale según lo previsto.

Un ejemplo de ello es la factoría que la S.E.A.T. tiene en Martorell (Barcelona). La revista digital de motor La Tribuna de Automoción señala que esta fábrica produce cada día 2.646 vehículos.

En la fábrica trabajan 12.000 trabajadores, en diferentes turnos que cubren las 24 horas. Todo ello, en tres líneas de montaje. La línea 1 en la que se produce el SEAT Ibiza y el SEAT Arona, la línea 2 que fabrica el SEAT León, el SEAT Cupra y el Formentor y la línea 3 que se encarga en exclusiva de producir el Audi A1.

Con tal volumen de trabajo y con esa cantidad de trabajadores, no es raro que la factoría esté monitorizada desde un centro de control.

Como sucede con la mayoría de las plantas de montaje, gran parte de la cadena está automatizada, con brazos robotizados que ensamblan las piezas y realizan soldaduras.

Desde la sala de control de la factoría no solo se visionan las cámaras que haya repartidas por el recinto, sino que se controlan los parámetros de las máquinas y se supervisa la entrada y salida de los trabajadores y los cambios de turno.

La sala de control de la fábrica es una instalación fundamental para garantizar que se consigue el objetivo de producción diario.

Transporte.

Las salas de control son fundamentales para el transporte. Las torres de control de los aeropuertos son un tipo de sala de control especializado. Desde ella se supervisa la entrada y salida de aeronaves de las pistas del aeropuerto y se controla el espacio aéreo colindante. Sin la labor de los controladores aéreos y de todo el personal que trabaja en la torre de control, un aeropuerto no podría funcionar.

Las grandes estaciones de tren como Atocha en Madrid o Sants en Barcelona disponen de sus propias salas de control. En ellas, no solo se monitoriza la entrada y salida de trenes de la estación, también efectúa los cambios de raíles y  supervisa la velocidad con la que entran las máquinas en los andenes. Pudiendo frenar las locomotoras a distancia, para garantizar la seguridad del pasaje.

Un caso curioso fue la transformación de la estación de tren de York, una ciudad de Inglaterra, en un centro de control de tráfico rodado, propiedad del ayuntamiento. Esta estación fue construida en 1841, pertenece al patrimonio histórico de la ciudad.

York es una ciudad industrial del norte de Inglaterra. Debido al aumento de población en las últimas décadas, el ayuntamiento necesitaba habilitar una sala de control para controlar el tráfico interno que se produce dentro del municipio.

Para instalarla se pensó en las oficinas de la vieja estación de tren. Las dependencias que en otro tiempo fueron almacén de correo postal, despacho del jefe de estación y taquilla de venta de billetes. Para ello se tiraron los tabiques interiores y se creó un espacio diáfano.

Esto se pudo hacer porque en la actualidad las vías del tren que atraviesan la ciudad están soterradas y la vieja estación no se utiliza. Ahora la población emplea estaciones más modernas.

La transformación de las viejas oficinas de la empresa de ferrocarril británico en una sala de control de tráfico gestionado por la policía municipal costo 38 millones de euros. Desde esta sala de control se visionan las cámaras que hay en las principales avenidas de la ciudad, los radares de control de velocidad y hasta el funcionamiento de los semáforos.

Un ejemplo factible de cómo se puede transformar un edificio antiguo en una moderna sala de control.