El exterior de tu tienda es tu carta de presentación

La apariencia exterior de un negocio es fundamental para su posterior éxito y rentabilidad. Al igual que ocurre con una persona, esa apariencia es importante para forjar una buena primera imagen que nos convierta en agradables de cara a los demás. Por eso es importante cuidarla y mantenerla a salvo de malas prácticas y actos que no hablen bien de nosotros o del negocio que estamos llevando a cabo.

En un negocio como el que supone una floristería, el aspecto exterior es si cabe mucho más importante. Para una empresa así es fundamental la decoración externa. No vale con tener un local en el que se vendan las plantas o flores que conformen nuestro género, sino que hay que exhibirlas de cara al público para llamar su atención y ganar clientes potenciales.

Desde hace unos tres años regento una pequeña floristería en mi municipio natal. Se trata de un negocio familiar, que comenzó siendo algo muy pequeño pero que ha ido creciendo con el paso del tiempo. Conseguirlo no ha sido fácil y ha implicado el desarrollo de muchos e importantes matices que me han llevado a contactar con varios grandes profesionales.

Casi desde el mismo momento en el que comencé mi actividad me di cuenta que necesitaba un plus. Tenía mi clientela, pero necesitaba que ésta aumentara para que mis beneficios también lo hicieran y la actividad que yo practicaba fuera sostenible. Cosa que no tenía ni idea de cómo conseguir pero a la que pronto iba a encontrar una solución más que beneficiosa para mis interesa.

Empecé a preguntar a algunos de mis amigos cómo reflotarían ellos el negocio. Manuel, uno de ellos, me dio una idea interesante: aseguraba que lo mejor era decorar el espacio exterior del establecimiento con decoración. También decía qué elementos incluiría: un par de sillas y una mesa en la que expondría varios de los mejores ramos de mi colección. El problema era conseguir una entidad que me proporcionara los elementos que estaba buscando y eso lo iba a lograr gracias a Expormim.

Expormim es una empresa encargada de proporcionar la decoración exterior ideal para diferentes tipos de negocios. Sus profesionales me podían aconsejar y ofrecer todos aquellos elementos que resultarían ideales para el exterior de mi floristería y así lo hicieron. Les comenté la posibilidad de instalar una mesa sobre la que exponer mi género y ese par de sillas que antes comentaba. La idea les pareció ideal y, de manera inmediata, me mostraron el catálogo con todos aquellos elementos que deseaba.

Los artículos eran perfectos para lo que buscaba y, además, para conseguirlos no necesitaría invertir demasiado dinero. Opté por escoger los que más ‘feeling’ me daban y, en apenas un par de días, estaban decorando por fuera ese negocio del que tan orgulloso me siento y al que tanta falta le hacía un cambio en su aspecto exterior.

El mejor acierto posible

Ese simple cambio, que a veces puede resultar insignificante, fue fundamental para que el negocio comenzara a dar unos resultados que ni tan siquiera yo esperaba. Hasta entonces, mi empresa apenas había tenido un trabajo frenético durante el día de Todos los Santos o al llegar la primavera. Ahora lo tiene durante buena parte del año, algo que me ha permitido dar ese salto de calidad del que hablo.

Entre los vecinos del pueblo se comenta lo alegre que resulta para la calle que exista un espacio así, tranquilo y colorido. Esto le da otra pinta a la fachada del negocio y es un argumento más para entrar en él. Desde luego, no parece el mismo ni mucho menos. Un lujo para todos aquellos que no contamos con un escaparate.

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