Trabajo en el departamento de contabilidad de una gran empresa, en la que aparte de las oficinas administrativas también hay naves de almacenamiento de material y cadenas de montaje, me refiero a esto por el enorme consumo en calefacción y, por supuesto, por el gasto económico que le suponía a la empresa. Fue por esto por lo que se solicitó asesoramiento a la compañía García Guirado para que nos hiciesen un estudio sobre las instalaciones que teníamos y cómo reducir el gasto de las mismas.
Concretamente, en las oficinas donde yo trabajo, nos informaron de que la temperatura ideal para trabajar, aunque esto es algo subjetivo, para la gran mayoría de las personas se encuentra entre los 19 y 21 grados Celsius de calor, como también leímos hace poco en el diario ‘El País’. A partir de ahí, por cada grado que se aumente la temperatura, esto supone una subida del consumo de un 7 por ciento, aproximadamente.
Asimismo, también valoraron el horario que teníamos, puesto que no es necesario que la calefacción esté encendida si no estamos en nuestro lugar de trabajo. Con programar su encendido para una hora antes del inicio del horario de trabajo es suficiente. Si hay despachos u oficinas vacías, deberemos cerrar la llave de los radiadores, para evitar calentar zonas vacías. Y para controlar el horario de funcionamiento de la misma bastará con tener un programador en la rueda de la calefacción o directamente cambiar el termostato.
El aislamiento de puertas y ventanas también es un punto importante a la hora de consumir menos, ya que si no hay un buen aislamiento nos encontraremos con pérdidas constantes de calor, lo cual supone un despilfarro. Lo mejor que podemos tener son las ventanas que cierran herméticamente y tienen rotura de puente térmico. Si no tenemos este sistema, tendríamos que instalar burletes o cualquier otra herramienta que impida que entre el frío, o incluso plantearnos si nos resultaría más rentable acometer las obras de instalación de nuevas puertas y ventanas.
Como nuestra oficina tiene luz natural, nos informaron de que con ventilar diez minutos es suficiente, puesto que no se necesita más tiempo para renovar el aire. También es importante por la noche bajar las persianas, y que éstas no contengan rendijas, pues evitaremos pérdidas de calor que supondrán una bajada de temperatura que luego deberemos compensar con energía para volverla a elevar a un nivel en el que estemos cómodos trabajando.
Asimismo, nos aconsejaron no colocar estantes o baldas encima de los radiadores puesto que estos impiden la libre circulación del aire caliente. También nos dijeron que se deben purgar los radiadores al inicio del invierno para que salga el aire acumulado en las tuberías.
Con estos consejos que intentaremos seguir, esperamos, por el bien de la empresa, rebajar la facturación en consumo de calefacción.