El mantenimiento de la higiene, un pilar para tu restaurante

Trabajar en el negocio de la hostelería conlleva una serie de problemas que es necesario resolver cuanto antes. A los terribles horarios a los que los trabajadores estamos sometidos en este sector se une el mantenimiento de una serie de cuestiones, como la higiene, que en muchas ocasiones son terriblemente complicadas de conseguir. Para ello, la pulcritud y la limpieza son elementos fundamentales.

No conseguir esa pulcritud y esa higiene es la peor imagen y publicidad que podemos darle a nuestro bar o restaurante. Este negocio no tiene que ver únicamente con ofertar productos de calidad, sino que también guarda una conexión con el entorno en el que esos productos son preparados: la cocina. En dicha estancia está la clave para conseguir triunfar en un sector como el hostelero.

Desde hace tres años mi mujer y yo regentamos un restaurante en nuestra ciudad natal. A pesar de no tener una dilatada experiencia previa en un negocio como este, teníamos bastante claro cuáles eran las claves para conseguir conferirle al local una buena imagen que fuera suficiente para cautivar al gran público. No nos cabía ni la más mínima duda acerca de que mantener cuidada nuestra cocina era una de esas claves.

Hablar o escribir sobre esto resulta relativamente sencillo. No obstante, cumplir con la parte práctica y dejar libre nuestro local de bacterias y demás elementos nocivos es mucho más complicado. Nosotros fuimos víctimas de ello y pronto comprendimos que nos iba a suponer mucho trabajo el conseguir mantener el local y la cocina en perfectas condiciones para ofertarles a nuestros clientes los mejores productos.

Uno de los puntos que más complicada hacía nuestra tarea era el fregadero. Después de unos cuantos meses en el local comenzamos a darnos cuenta de que el electrodoméstico  tenía dificultades a la hora de tragar toda la suciedad. Comprendimos de inmediato que se trataba de un atasco e intentamos remediarlo con un desatascador, algo que no nos reportó las ventajas que esperábamos.

Los problemas que nos estaba dando el fregadero no hacían sino crecer. Al ser el único que poseíamos en el local, lavar los platos o los cubiertos se antojaba como una misión imposible. Esto provocaba a su vez que tuviéramos inutilizada una buena parte de nuestra vajilla y que, por tanto, nos pudiéramos asumir una cantidad demasiado elevada de clientes en nuestro restaurante. Había que solucionar la situación. Y había que hacerlo cuanto antes.

Limpiezas Limsa apareció justo a tiempo

Alarmados, mi mujer y yo hablamos para encontrar maneras de darle fin al problema. Al no hacer ningún efecto el desatascador que poseíamos, no nos quedaba otra alternativa que la de llamar a una empresa especializada en desatrancos. Para encontrarla recurrimos a Internet y, minutos después, descubrimos esperanzados la existencia de Limpiezas Limsa.

Obtuvimos los datos de contacto de dicha entidad y llamamos por teléfono para comentarles el problema y pedirles ayuda. Inmediatamente, nos pidieron los datos de la ubicación de nuestro restaurante para acudir de manera inminente en nuestro socorro, algo que ocurrió apenas una hora después. El especialista de Limpiezas Limsa se encargó de inspeccionar la tubería del fregadero y liberarla de todos aquellos elementos que atascaban la caída del agua. En apenas unos minutos, el problema estaba más que resuelto.

Teniendo en cuenta que el servicio fue rapidísimo y que el precio por el que nuestro problema fue resuelto no había sido demasiado elevado, mi mujer y yo decidimos que para cualquier eventualidad que tuviera relación con atascos ya teníamos una entidad en la que confiar. La próxima vez que ocurra algo parecido (cuestión que todavía no se ha producido) estaremos mucho más tranquilos.

En la actualidad, y gracias al servicio que nos brindaron desde Limpiezas Limsa, nuestro local mantiene esa higiene que tanto nos hemos esforzado en cuidar. Este es uno de los pilares sobre los que se asienta el éxito que hasta ahora hemos conseguido y por el que este negocio nos está dando los suficientes beneficios como para vivir. Siguiendo esta senda, nuestro futuro se antoja ilusionante.