Desde que empecé en esto de la hostelería he aprendido muchas cosas, pero, no solo de mi sector como arquitecta y organizadora de eventos sino de otros campos de los que apenas sabía nada antes.
Es una de las facetas que vienen en el pack del emprendedor, hay que saber hacer de todo, y si desconocías derecho empresarial, gestión y contabilidad, estrategias de marketing y diseños vas a tener que subirte al carro si quieres conseguir sacar el máximo partido de lo que ofreces.
Recuerdo mis primeros días, lo mío siempre ha sido la atención al cliente así que, en este sentido todo iba perfecto.
Mis conocimientos como arquitecta me habían servido para crear un hotelito con mucho encanto, había trabajado en su restauración y en crear un entorno único con un valor añadido para los visitantes, ya que también quería convertirlo en un ejemplo de uno de los primeros hoteles sostenibles de la zona.
Mi pequeño hotel rural gustaba mucho y la gente lo recomendaba y solía repetir, pero todas las personas me llegaban por intermediarios como TripAdvisor, lo cual estaba bien, pero sabía que había algo que estaba haciendo mal.
Pensaba que con crear el sitio perfecto y una cuidada atención al cliente sería necesario para que el negocio fuera abriéndose camino y, si bien así era, no eran los únicos elementos, ya que estaba descuidando el hacer una buena estrategia de comunicación online.
De hecho, por aquella desconocía por completo la eficacia y necesidad de trabajar tu visibilidad y posicionamiento en Internet.
Por suerte, mi sobrina estaba estudiando Publicidad y no tardó en detectar mi problema la primera vez que la invité a alojarse a mi hotel.
Mi hotel le encantó, le pareció muy original y que mi iniciativa valía mucho la pena, me dijo que le enseñara mi web y le enseñé lo que tenía una web muy básica en la que solo tenía la información más importante con los servicios que ofrezco y algunas fotografías (algo pixeladas) de mi establecimiento y las habitaciones, sin olvidarme claro del formulario de contacto.
También tenía las tarifas estáticas y una muestra de precios y muy bien indicado el número de contacto por si el cliente quería informarse.
Si bien, lo que en ese momento a mí me parecía más que suficiente a mi sobrina le hico echarse las manos a la cabeza y poner un inequívoco gesto de gran preocupación.
Me dijo que no podía seguir con ese diseño tan “cutre”, así me lo soltó, con esas mismas palabras, tan directas y esclarecedoras. Me comentó que lo que yo necesitaba para mi negocio era una Web Integral.
Con un diseño más amigable y moderno, adaptado a las tendencias actuales. Al igual que la Web Básica que ya tenía, brindaría información sobre el hotel y cada uno de los amenities que ofrece, con fotografías de gran calidad mucho más cuidadas para demostrar la belleza del entorno y del Hotel.
También me habló de poner un Motor de Reservas, también conocido como Booking Engine, un software que se instala en tu propia web y permite a los visitantes de tu página web realizar la búsqueda sobre precios y disponibilidad en determinadas fechas y realizar las reservas online.
También me dijo que, al fin y al cabo, mi web es mi tarjeta de presentación online. Es la primera impresión que generaba en mis clientes. Por ello, es tan importante cuidar aspectos como el diseño, la funcionalidad, siempre pensando en tus huéspedes y facilitando lo máximo posible el proceso de compra online.
Un Buen Ejemplo de Diseño Web de Hotel
Fue al enseñarme la Web de estos apartamentos vacacionales en Barcelona, que terminé de tenerlo claro. Una web que mostraba la belleza de este Hotel ubicado en pleno barrio del Born. Se podían ver las diferentes estancias totalmente reformadas con gran personalidad en la calidad de las fotografías. Era un claro ejemplo de diseño web para hotel donde elegancia y funcionalidad iban de la mano.
Al ver, esta web me di cuenta mucho mejor de lo que trataba de explicarme mi sobrina y no me quedó la más mínima duda de que tenía que subirme al carro de los nuevos tiempos si quería que mi proyecto funcionase.
Además, el canal de venta directo más importante que tiene un hotel sigue siendo su Web. Si lograba que me compraran en mi propia web, me ahorraría el pago de comisiones a los canales de distribución y también aumentaría la posibilidad de fidelizar el cliente.
Es por ello, que aprender que ciertas inversiones son una apuesta a largo plazo, sí un riesgo al principio cuando ves el coste, pero, a la larga lo que te planteas es como no lo habías hecho antes.