H.V.O., el combustible no contaminante que irrumpe en la industria.

H.V.O.

El H.V.O., Aceite Vegetal hidrotratado, es un combustible similar al diesel, solo que un 90% menos contaminante y no procede del petróleo. Hoy no es solo una alternativa a los combustibles fósiles, sino una realidad que se está abriendo paso en el sector industrial.

La industria mundial sigue siendo dependiente de los hidrocarburos (petróleo y gas natural) Bien porque utilizan derivados como el diesel para hacer funcionar sus máquinas, o porque estas son eléctricas y una buena parte de la electricidad se obtiene mediante la combustión de gas natural.

Durante cerca de 200 años, los combustibles fósiles han sido un factor determinante para el desarrollo de la humanidad. La industria y el ferrocarril se extendieron por todo el mundo gracias al desarrollo de la máquina de vapor, que funcionaba mediante la quema de carbón. Los motores de combustión de gasolina hicieron que las fábricas produjeran más y que los automóviles fueran más rápidos.

Hoy, los combustibles fósiles se han convertido en un lastre. Primero por sus efectos contaminantes y, después, por la dependencia de la economía respecto a los países productores.

Se supone que los combustibles fósiles son los responsables de 2/3 del vertido de CO₂ a la atmósfera. Uno de los gases desencadenantes del cambio climático y del efecto invernadero.

Por otro lado, la economía del mundo depende de un pequeño puñado de países productores y transformadores de petróleo. Estos países extorsionan las economías de las otras naciones, obligándoles a pagar por el petróleo y sus derivados el precio que ellos han fijado.

Dentro de los países productores hemos incluido los transformadores, porque Venezuela, que es el país de Sudamérica con más reservas de petróleo, no tiene tecnología para refinar el crudo y, depende, por tanto, de las condiciones impuestas por otros países como Estados Unidos para que la materia prima pueda ser utilizada.

Combustibles como el H.V.O. abren las puestas a importantes cambios en la economía.

¿Qué es el H.V.O.?

Hydrotreated Vegetable Oil (H.V.O.) es un combustible procedente del reciclado cuyas características energéticas son similares al diesel. Sin embargo, emite un 90% menos de gases contaminantes y no desprende olores desagradables. Algunos ingenieros industriales opinan que su combustión es más eficiente que la del gasoil.

Aunque ya se está utilizando en nuestro país, el blog Cadena de Suministro denuncia que este producto aún no está regulado. Grandes monopolios como Cepsa procesan y suministran biodiésel y bioetanol a gasolineras e instalaciones industriales. La legislación española aún no establece la composición y características específicas que ha de reunir el H.V.O. y sus variantes para ponerse a la venta.

Por otro lado, el blog energético subraya que el H.V.O. tributa a efectos fiscales lo mismo que el diesel. Si lo que se busca es un reemplazo del combustible fósil por un sustitutivo no contaminante, habría que dotarlo de ventajas fiscales para atraer a los consumidores.

Se supone que cualquier automóvil diesel podrá utilizar H.V.O. sin efectuar ninguna adaptación mecánica. Se trata, por tanto, de un combustible 100% compatible.

El H.V.O. proviene en su mayoría del reciclado de aceite de cocina usado. Para ello, los productores se abastecen principalmente de la hostelería (hoteles y restaurantes), recogiendo de ellos aceite de girasol, colza, soja y oliva. Para fabricarlo también pueden usar residuos grasos procedentes de mataderos e industrias cárnicas, sometiéndolos a un proceso de hidrogenización.

La principal característica del H.V.O. que se utiliza actualmente es que no es puro. Se mezcla con otros combustibles fósiles, por lo que se reduce su efecto beneficioso para el medio ambiente. Su otra particularidad es que, a pesar de que se puede utilizar para el transporte, su uso principal se está realizando en la industria.

El H.V.O. en la industria.

Los distribuidores de Smartcrush, una empresa internacional que lleva 50 años abasteciendo trituradoras y plantas móviles a la industria y la minería de más de 30 países, nos cuentan que sus máquinas actuales funcionan con H.V.O., para ello han tenido que realizar algunos pequeños ajustes en los motores.

El H.V.O. también se está utilizando para alimentar grúas móviles y palas excavadoras que se utilizan en la construcción. Algunos productores de maquinaria agrícola recomiendan el uso de este combustible para hacer funcionar tractores y cosechadoras. Según ellos, no solo contamina menos, sino que es un combustible menos dañino para los motores y alarga su vida útil.

Los equipos electrógenos es otro de los componentes industriales donde los fabricantes ya están preparando los motores para que funcionen con H.V.O. Los equipos electrógenos son generadores de electricidad independientes que tienen una presencia importante en la sociedad actual.

Cualquier hospital dispone de su propio equipo electrógeno para mantener operativo su equipamiento con independencia de que se produzca un fallo eléctrico en la red. Estos equipos también los encontramos en aeropuertos, estaciones de transporte, centros comerciales, estadios deportivos y fábricas que funcionan las 24 horas.

En el sector de la logística también se ha introducido el uso del H.V.O. En almacenes y centros logísticos se están utilizando carretillas, montacargas y grúas que funcionan con este combustible. De esta manera no solo se reduce la huella de carbono, sino que se mejora las condiciones de trabajo para los trabajadores de estas instalaciones. Los motores de H.V.O. reducen considerablemente la emisión de partículas de humo y de ácido nítrico.

Las características del H.V.O.

Ya hemos mencionado, de pasada, algunas de las características de este combustible a lo largo del artículo. De todos modos, no viene mal recordar las que hemos señalado y añadir otras nuevas. Son estas:

  • Origen renovable: El H.V.O. se produce a partir de aceites vegetales (usados o nuevos) y grasas animales, lo que lo convierte en una fuente de energía renovable.
  • Bajas emisiones de CO₂: Reduce entre un 70 y un 90% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en comparación con el diésel fósil, ayudando a combatir el cambio climático.
  • Reducción de contaminantes: Disminuye la emisión de contaminantes como el monóxido de carbono (CO), hidrocarburos (H.C.) y óxidos de nitrógeno (NOx), mejorando la calidad del aire.
  • Compatibilidad con motores diésel: Puede utilizarse en motores diesel convencionales. Aquí he encontrado diferentes opiniones. Mientras algunos ingenieros opinan que se puede utilizar sin necesidad de realizar adaptaciones en los motores, otros afirman que hay que realizar algunos pequeños cambios. Todo depende del motor concreto en el que se utilice.
  • Alto índice de cetano: Tiene un índice de cetano superior al diesel tradicional, lo que mejora la eficiencia y el rendimiento del motor.
  • Ausencia de azufre: No contiene azufre, lo que reduce las emisiones de dióxido de azufre (SO2) y la formación de partículas contaminantes.
  • Mayor estabilidad de almacenamiento: El H.V.O. es más estable durante su almacenamiento a largo plazo en comparación con otros biocombustibles, lo que minimiza la degradación.
  • Biodegradable: Al ser producido a partir de fuentes renovables, el H.V.O. es biodegradable, reduciendo el riesgo de contaminación en caso de derrames.
  • Resistencia a bajas temperaturas: Tiene una mejor capacidad de funcionamiento a bajas temperaturas que el diesel tradicional, lo que lo hace adecuado para climas fríos.
  • Sostenibilidad: Su producción puede alinearse con prácticas sostenibles, aprovechando materias primas como aceites usados de cocina. Digamos que la producción de H.V.O. entraría dentro de lo que llamamos economía circular.

Hacia nuevos combustibles no contaminantes.

La página web del Parlamento Europeo recoge los esfuerzos que está haciendo Europa por desarrollar e implantar el uso de combustibles no contaminantes en ara de minimizar las emisiones de CO₂ en un futuro cercano.

Además del uso de coche eléctrico, que es su principal baza, desde Europa se está investigando el desarrollo de motores que funcionen con hidrógeno y amoniaco.

El hidrógeno podría ser el combustible perfecto. Puesto que en su proceso de combustión emite vapor de agua a la atmósfera. La materia prima de la que se obtiene es el agua, otro elemento natural; el problema está localizado en el proceso de producción, para lo que se tendría que utilizar, dependiendo del método escogido, biogás o gas natural.

El empleo del amoniaco como combustible es otra posibilidad interesante para reducir las emisiones de CO₂. El amoniaco solo tiene dos subproductos posibles: el agua y el nitrógeno.

La otra opción que se está implementando en Europa es la producción de los biocombustibles como el H.V.O. El problema principal es que en países como España y Portugal habría que acometer una transformación de las refinerías de petróleo existentes en refinerías de biocombustibles, para lo cual es necesario una inversión que las empresas petroquímicas no están realizando en la medida en la que se necesita.

Para emprender esta transición energética, Europa tiene que enfrentarse a una realidad algo adversa. En la Unión Europea hay más de 270 millones de vehículos. Solo el 5% de ellos utilizan combustibles alternativos. Los combustibles fósiles continúan dominando el parque móvil europeo. El vehículo eléctrico, que estaba llamado a ser la punta de lanza del cambio energético, no ha contado con el respaldo popular que se esperaba.

Parece que la disminución en el uso de combustibles fósiles va a tener que empezar por la industria. El H.V.O. es una de las alternativas que mejor están funcionando.