Nunca subestimes publicitar tu negocio

Durante toda mi vida me he preguntado si la publicidad realmente vale para algo. Pasamos gran parte de nuestro día expuestos a anuncios: en televisión, en radio, en Internet, en las páginas de los periódicos… por lo que está claro que las grandes empresas, por ejemplo, sí están convencidas de que la inversión publicitaria les hace ganar dinero.

Sin embargo, mi duda provenía especialmente de la utilidad de la publicidad para un pequeño negocio. Es evidente que las técnicas que se deben emplear no son las mismas que utilizan firmas tan importantes como Nike o Adidas, y jamás había confiado en una publicidad a una menor escala a la que utilizan las grandes compañías.

Por eso, desde que inauguré un nuevo bar de copas en mi localidad natal (perteneciente a la comarca del Baix de Llobregat), no me había centrado mucho en un tema como es el de la publicidad. Sí que es verdad que le había dado difusión al negocio desde diferentes redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram, pero no había lanzado una campaña como tal destinada a promocionar el bar entre todos los habitantes del municipio. Hay que recordar que a pesar de la gran utilidad de las redes sociales mencionadas, éstas no llegan a todo el mundo y que por lo tanto sí son éstos los únicos medios que se emplean para promocionar un negocio es posible que no todo el mundo se entere de su existencia.

Tras unos cuantos meses trabajando en el bar, había conseguido tener mi propia clientela. El negocio, sin ser un éxito rotundo, me daba los suficientes beneficios como para vivir. Teniendo en cuenta la crisis económica cuyos efectos siguen siendo visibles en nuestros bolsillos, mentiría si dijera que no me conformaba con lo que tenía.

Sin embargo, Mario, un buen amigo y uno de los clientes más fieles que tenía, me insistía continuamente en que contratara a una empresa para que editara unos flyers y los repartiera por todo el municipio y la comarca. Como desconfiaba tanto de la publicidad a pequeña escala, mi respuesta era siempre la misma, un “no”. Pero poco a poco, y pensando en las posibilidades que ofrecía lo que me comentaba Mario, fui variando mi pensamiento.

Así pues, decidí lanzarme y contactar con la empresa que me había recomendado mi amigo, www.comunicaciobaix.com. Ellos se encargarían rediseñar y repartir los flyers no solo por la comarca sino también por Barcelona, algo que evidentemente me venía muy bien al tratarse de una ciudad tan grande y con tanta gente en su área metropolitana. El precio no suponía ningún problema y la oportunidad que me brindaban era excelente para promocionarme, así que di luz verde a la operación.

Una mejora sustancial

Los resultados no tardaron en llegar. A medida que la empresa fue repartiendo los flyers por la zona, comenzaron a ser cada vez más las visitas que recibía y, por tanto, cada vez mayor el total de ingresos. Además, gracias a esta publicidad mucha gente se fue haciendo una buena imagen del negocio, algo también muy importante en los tiempos que corren.

El éxito que continuó teniendo el bar fue increíble. Incluso tuve que hacer un par de contrataciones más porque incluso durante los días laborables se llenaba. El repunte de popularidad fue grande y hasta la fecha se mantiene.

Así es como he descubierto que, efectivamente y a pesar de mis dudas iniciales, la publicidad en el pequeño negocio también funciona. Me lo demostraron los profesionales de www.comunicaciobaix.com, que me permitieron publicitar mi negocio de una manera sencilla, rápida y barata. Actualmente sigo trabajando con ellos para seguir haciendo publicidad, y las cosas siguen marchando muy bien. Hay trabajo y hzy prosperidad.