Si hay algo que está triunfando entre la población estos últimos años son los negocios llamados “chinos” y al final no son más que almacenes gigantes parecidos a los conocidos (Todo a 100) donde venden multitud de productos que van desde ropa hasta electrodomésticos con los precios más económicos posibles, y eso es algo que no sólo “los chinos” pueden montar. En España hay empresas que se dedican a vender stocks baratos al por mayor de diferentes productos, liquistocks.com es un buen ejemplo de ellas.
En Liquistocks el empresario puede comprar stocks a precios de liquidación y luego poner a la venta dichos productos en sus tiendas a precios realmente asequibles. Por ejemplo, ahora mismo liquistocks tiene en venta zapatos de tacón alto con un diseño muy actual a 3,50 euros cada par. Los zapatos están valorados en 45 euros, si el empresario los pusiera a la venta a 25 euros, que los valen, ganaría una media de 20 euros por cada uno de ellos. Si compra un pack de 500 zapatos hablamos de unos beneficios de 10.000 euros si consigue vender todo el producto.
Y ahí está el negocio. El empresario, sea chino o no, adquiere artículos de todo tipo a un precio muy bajo y los pone a la venta a uno superior al que lo ha adquirido pero muy inferior al precio normal en tienda y da igual de donde provengan los artículos, si de China, India, España o Tailandia, lo importante es que el precio que ponga el empresario al producto sea inferior al que se pueda conseguir en tienda pero superior al precio al que lo compra, así de sencillo. Y eso, señoras y señores, es “un chino”.
Los miedos de un inversor
Ahora bien, cualquier persona, a la hora de emprender o invertir en algo, se encuentra con muchísimos problemas y muchísimos miedos porque la apuesta suele ser muy fuerte y puedes ganar mucho, pero también, perder bastante. Por eso, por muy fácil que lo veamos los demás, en realidad no lo es tanto cuando te metes en el asunto.
Hay cientos de trampas mentales en la que cae un inversor. Veamos algunas de ellas.
Para empezar, el primer error es suponer que una inversión compleja es mejor que una simple. Esto hace que muchos inversores tengan un número muy elevado de fondos en cartera. Piensan que tener una cartera con muchos productos es mejor que una compuesta por un solo fondo de renta fija y un solo fondo de renta variable. Si aplicamos esto a lo que estamos hablando podríamos decir que a veces, abarcar mucho puede estropear un negocio creciente.
Si tenemos una tienda de estas características y comprobamos que vendemos bien ciertos productos, no pretendas ampliar tu variedad en poco tiempo y de manera escandalosa, sigue vendiendo lo que funciona, hazte con un público y luego, más adelante y poco a poco, puedes ir introduciendo nuevos productos en tu oferta.
Además, ten en cuenta que el producto que se vende en este tipo de tiendas baratas no compite en calidad con las grandes marcas conocidas, lo sabe el vendedor y lo sabe el comprador. Quien va a estas tienda son lo hace buscando una ganga de Adidas o de Dolce&Gabbana, lo hace buscando un artículo barato para salir del paso en un determinado momento o incluso porque le sale más rentable comprar tres artículos iguales e ir cambiándolos cuando se estropean antes que comprar uno de una gran marca.