La importancia de la presencia de las pymes en Internet

El uso de las nuevas tecnologías se está extendiendo cada vez más entre la sociedad. Podemos ver televisión a la carta en los televisores inteligentes, en las tabletas y hasta en los teléfonos móviles y comprar cualquier cosa que se nos ocurra por Internet, desde un coche hasta ropa pasando por una casa. La red es un nuevo escenario en el que hay que estar y las pequeñas y medianas empresas (pymes) deben ser conscientes de ello. Si no estás en Internet, no existes, es así de simple.

Ya no basta con que seas un especialista en tus productos y que nadie los fabrique mejor que tú, ni en calidad ni en precio, lo importante es que cuando alguien se meta en Internet buscando ese artículo en concreto, sea tu empresa la mejor posicionada o esté entre las primeras promocionadas por los motores de búsqueda para que los potenciales clientes entren en tu página web y te conozcan. Por ello es clave invertir en la elaboración de un buen sitio en la red y también en su posicionamiento web. Esto lo saben compañías más punteras como Vaello, y por público no debemos entender solamente el consumidor final, que es aquel que adquiere sus productos en la tienda, sino que Internet nos acerca también a establecimientos para los que podemos vender como proveedores, y lo que es mejor, favorece también las exportaciones de nuestros productos.

A diferencia de lo que ocurría hace unos años cuando el comercial de las empresas tenía que viajar por la geografía nacional e incluso internacional vendiendo los productos de la compañía a otros negocios, gracias a la red ahora nuestros catálogos y colecciones pueden ser vistos en todo el mundo sin necesidad de caros desplazamientos para hacer las presentaciones. Cuando alguno de estos consumidores esté realmente interesado en vender nuestros artículos en su tienda, sí será el momento de acercarnos a mostrarle las pruebas.

El consumidor final también puede ser un público clave para nuestro sitio en Internet. Con una pequeña inversión, podemos encargar a una empresa de servicios que nos prepare un modelo de tienda online. Además de darnos a conocer en la red, podemos aprovechar para vender nuestros productos y ampliar el espectro de consumidores. Los ya fieles o conquistados se ahorrarán desplazarse hasta al tienda para adquirir los artículos si los compran por Internet y se los mandamos a casa, pero por otro lado llegaremos a aquellos que no están cerca de nuestra tienda física porque viven lejos de donde la hayamos abierto antes de haber pensado en el avance que supondría Internet.

Por último, no debemos olvidar las redes sociales. Se trata de una herramienta clave en esta nueva vorágine de las tecnologías. Sirve para que poder darnos a conocer y hacer imagen de marca. Podemos utilizarla también para mostrar a los posibles compradores las novedades de la compañía, desde los últimos productos que salen al mercado hasta las iniciativas de responsabilidad social corporativa, tan valorada por la sociedad. Estar presente en las redes sociales (twitter, facebook o instragram, entre otras) es clave, pero también debemos tener cuidado.

Como decimos, las redes sociales son muy útiles para dar a conocer los productos y crear imagen de marca, pero también podemos conseguir el efecto contrario. El nuevo perfil de consumidor es una persona que está muy informada acerca de lo que quiere adquirir y conoce el poder de Internet como herramienta. Muchos de nosotros nos informamos antes en la red de qué es aquello que queremos comprar, en qué precios oscila o lo comparamos con productos de la misma gama dentro de otras empresas. Por ejemplo, lo vemos en las páginas de las firmas de coches, donde podemos configurar el vehículo a nuestro gusto y ver tanto el resultado como el precio final. Por ello, si hinchamos un precio o algún atajo similar para mejorar nuestros beneficios, los clientes se percatarán de ello y compartirán su opinión.

Esto último es muy importante a la hora de conformar una imagen de la empresa. Este perfil de cliente informado utiliza las redes sociales para compartir sus experiencias de compra y, al igual que puede hablar bien de nosotros, también puede contar nuestros fallos. Normalmente, cuando uno está contento lo asumo como un servicio que ha de ser así. Sin embargo, cuando aparecen los fallos es el momento preferido para desahogarse y las redes sociales son un gran vehículo para esto.

Una de las mejores opciones para cuidar nuestras redes sociales y la imagen de marca que reflejamos en ellas es contratar a un community manager experto en el manejo de este tipo de comunicación 2.0., además de ser eficientes en nuestro desempeño.

Hace poco, echando un vistazo a un blog de una revista de moda, leí cómo la autora ensalzaba a una empresa de venta de muebles por Internet. Hablaba de las mil maravillas de sus productos y de sus precios. Me metí en la web con intención de ver el catálogo y lo cierto es que tenían unas joyas increíbles para la casa, pero se frenó mi compra al ver los comentarios de los lectores del blog, desde muebles que no llegaban hasta aquellos que lo hacían con meses de retraso y rotos. Pude contabilizar hasta veinte malas experiencias por una buena y que curiosamente era de la autora del artículo. Realmente, esto es lo que nunca querríamos para nuestra compañía, una mala imagen que eche por tierra todo el trabajo que hayamos hecho en nuestra tienda física o en la nueva que hayamos abierto en la red.