Estamos inmersos en uno de los periodos más difíciles de la historia reciente no solo España, sino de todo el mundo. Y el plano económico, como no podía ser de otra manera, ha sufrido los efectos de la llamada crisis del coronavirus. Son muchas las empresas que se están viendo especialmente afectadas por las restricciones que los diferentes gobiernos se han visto obligados a tomar y que no están adquiriendo las ayudas necesarias para seguir haciendo de su actividad algo rentable y que pueda dar trabajo a un número determinado de personas. Esa es la realidad de nuestros días.
Las empresas están acostumbradas a vivir momentos difíciles, momentos de cambio y de incertidumbre. Adaptarse a la nueva realidad no siempre es fácil y, desde luego, no cabe la menor duda de que genera inseguridades muchas veces. Por eso nació la técnica de la que os vamos a hablar a lo largo de todo el artículo: el interim management. Estamos hablando de la que, sin duda, es la técnica que ha permitido a más empresas conseguir adaptarse a una nueva realidad en un momento de cambio o de transición. Conseguir eso vale oro aunque muchas veces no lo valoremos lo suficiente.
¿En qué consiste el interim management? Es fácil comprenderlo. Se trata de una técnica por la cual un ejecutivo externo pasa a formar parte de una empresa de manera temporal para liderar un cambio o una transición, de tal modo que dicho cambio o transición tenga unos efectos más leves en la empresa y podamos adaptarnos a ellos con una mayor rapidez. Por todos y todas es sabido que estos son momentos importantes en la vida de una empresa y que saber lo que hacemos en ellos es vital para recoger los frutos de nuestra actividad en el futuro.
También suele usarse esta figura cuando la empresa que la solicita está inmersa en una nueva línea de negocio. Por regla general, cuando aparece esa nueva línea de negocio se producen cambios en el seno de una empresa. Y para que esos cambios surtan el efecto deseado, muchos empresarios deciden contratar los servicios derivados del interim management. Los resultados, hasta ahora, están poniendo en buen lugar la realización de este tipo de prácticas. De hecho, esta es una de las razones por las cuales muchas entidades han abandonado su estado de crisis económica en los últimos años.
Una noticia publicada en la página web de El Periódico aseguraba que estaba creciendo el mercado de las personas dedicadas al interim management. En la entradilla de la noticia, el autor señalaba que el 54% de las personas que se dedican a esta actividad tenía que hacer frente a una reconstrucción en el seno de la empresa para la que había sido contratado. La realidad cambia constantemente, y eso muchas veces provoca que las empresas tengan que cambiar para prestar el mejor servicio o para ofrecer el mejor producto a su público potencial y objetivo.
Los periodos de crisis económica suelen venir acompañados de grandes cambios a nivel social y empresarial. En lo que está ligado con esto último, España ha venido siendo una referencia. Y es que fueron muchas las empresas que se reestructuraron durante la crisis económica surgida en el 2008. Ahora, con la crisis del coronavirus, se ha vuelto a producir un repunte en el número de empresas que han acometido algún cambio en su organización. Un gran porcentaje de esas empresas han apostado por el interim management para hacer frente a esos cambios y sacarles partido de una manera prácticamente instantánea. Es la conclusión a la que han llegado los profesionales de QMT.
Renovarse o morir
La idea que encierra este refrán no puede ser más cierta. La capacidad de adaptarse a un nuevo contexto social es lo que determina, en gran medida, las posibilidades de desarrollo que tiene una empresa en concreto. Si esa entidad es capaz de adecuarse a las nuevas necesidades de la gente y se organiza de una manera eficaz para ello, tiene todas las papeletas no solo para mantener su volumen de beneficios, sino para incrementarlos. Si ese es el objetivo último de cualquier entidad empresarial, hacer frente a ese cambio con las máximas garantías debe ser una obligación para ellas.
Son muchas las entidades que, por diversos motivos, no han podido asumir la cantidad de cambios que se debían producir en su entorno para adaptarse a ese nuevo contexto social y económico que nos rodea. Esto es lo que provoca que a la larga, y también a corto plazo, haya una tremenda cantidad de entidades cada año que se declaran en quiebra. Es la realidad, aunque no nos guste. Pero también debemos saber que hay un medio de combatir esa realidad y de perpetuar la actividad comercial para la que una empresa ha sido creada.