Incentiva a tus trabajadores con regalos y premios para que se sientan más motivados

Hace poco un amigo que tiene una empresa en Albacete me contó que había decidido incentivar a sus empleados según su producción con premios y regalos. Él escogió algo relacionado con la salud bucodental. Les regalaba diferentes tratamientos dentales en una de las mejores clínicas dentales de Albacete, en Caredent. Desde implantes hasta blanqueamientos pasando por sistemas de ortodoncia. Se trata de una clínica grande, así que podían incluso financiarle este tipo de tratamientos, por lo que no le suponía un gran esfuerzo al mes y sin embargo veía que sus trabajadores eran mucho más productivos.

Y es que la motivación es una de las claves en los trabajos por cuenta ajena. Si lo pensáis, los autónomos son de esa clase de gente que nunca deja de trabajar, que siempre trata de hacer más, porque de su trabajo, de su productividad, depende el sueldo que se vayan a llevar a final de mes. Pero los ingresos de un asalariado por cuenta ajena normalmente son los mismos, aunque no se esfuerce tanto llegará el día fijado y recibirá su sueldo.

Es por esto que a veces nos acomodamos y no hacemos todo aquello de lo que somos capaces. Pensamos: “Bah, es suficiente, total, voy a cobrar lo mismo”. Pues bien, la motivación consiste en cobrar quizás un sueldo algo inferior, y completarlo con las comisiones de todos aquellos acuerdos que lleguemos a cerrar, pero también, por qué no, con regalos.

La empresa de mi amigo de Albacete no es la única que hace este tipo de incentivos. Y también la variedad de compañías con las que podemos llegar a acuerdos en enorme. Él trabaja con esa clínica dental, Caredent, pero podría ser el centro estético de Rosa Bonal si estamos en Salamanca o cualquier tienda de electrodomésticos, por ejemplo.

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Cualquier trabajador rendirá más si está motivado.

Así, vemos que esta es una práctica común y que muchas empresas de seguros también la llevan a cabo, por ejemplo, se están dedicando a motivar así a los vendedores puerta a puerta o aquellos que no están en una oficina grabando datos, sino que tienen que cerrar ventas. Una de mis cuñadas me comentó también que en su empresa de vigilancia de seguridad se hace esto. Van haciendo horas de trabajo y según las que acumulen suman como una especie de puntos con los que pueden ir obteniendo regalos, desde batidoras, pasando por tabletas, ordenadores, televisiones, robots de cocina, etc.

Aunque parezca una tontería, este tipo de acciones nos motivan. Yo recuerdo escuchar a un amigo agente de seguros decirme que por favor le hablase de alguien que pudiese necesitar una cobertura de salud porque estaba a una póliza de conseguir un viaje a Eurodisney.

Suena básico, pero así funcionamos en la vida real, tanto si somos trabajadores como incluso dentro del consumo. Es la clave de las tarjetas de fidelización. ¿Por qué llenamos el depósito en una gasolinera o en otra? Pues aparte de fijarnos en a cómo está el litro de combustible, también solemos usar unas tarjetas de puntos con las que conseguimos regalos o cheques descuesto en grandes superficies. Imagínate que hay un MP3 por 3.000 puntos y tú llevas acumulados 2.900, pues lo más normal es que te decantes por echar en aquel establecimiento donde puedas conseguir esos 100 que te faltan.

Pues bien, con los trabajadores ocurre lo mismo, y es una gran manera que debemos tener muy en cuenta a la hora de querer aumentar al máximo la rentabilidad de nuestra empresa.