Los embalajes siempre han sido importantes, pero actualmente, el auge del comercio electrónico ha hecho que aumente aún más si cabe. El traslado o transporte de los productos siempre van a necesitar un embalaje que sea el acertado para ese tipo de producto.
Hablamos de tareas que pueden parecer menos importantes, pero que debemos prestarles atención para tener garantías de que el producto llega a su destino en perfectas condiciones. En este sentido hay que tener muy en cuenta que no vale cualquier clase de caja a la hora de embalar los productos.
En este sentido, en Servicolor Ibería, profesionales del sector, hablan que además de todo esto, existen algunos aspectos que no se pueden controlar en el traslado, pero que lo que si está en nuestras manos es que el embalaje sea perfecto. Igualmente, muchas veces es capaz de prevenir más daños cuando se produce algún percance, por lo que siempre es importante.
¿Qué características tiene que tener el producto?
Lo primero que hay que hacer antes de pensar en el embalaje, es reflexionar sobre la clase de producto que contiene y sus características:
- El estado del producto, pues no va a precisar la misma clase de caja un producto que se encuentre en estado sólido que otro que esté en estado líquido.
- El tamaño del propio producto también tiene importancia cuando se piensa en el tamaño de la caja.
- Peso y volumen: cuanto más peso tenga el producto, más grande va a ser la resistencia que va a precisar la caja.
- La posición de la caja y si fragilidad, lo que determinará la manera que pueda tener una mayor seguridad a la hora de ser colocado
Vamos con más necesidades específicas:
El embalaje y su interior
Las características con las que contará el producto van a ser las que te den una idea de lo que va a ser necesario colocar dentro de la caja, se puede añadir material de relleno en el producto en el caso de que sea de gran fragilidad, así es como puede ir más resguardado y protegido. Podemos encontrar rellenes muy adecuados, caso de las espumas, etc. Todo ello permite que puedas encajar de forma perfecta el producto y que no se mueva.
Tamaño de la caja
Si vamos al tamaño, hay que intentar elegir una que no sea ni muy grande ni muy reducida. El producto tiene que entrar bien. Hay aspectos a cuidar, como que sea una caja muy estrecha, lo que puede hacer que el producto llegue a deformarse, pero si contamos con una donde el producto vaya demasiado holgado, el producto va a moverse con excesiva libertad. Esto se soluciona con más relleno.
Resistencia y seguridad
En el caso de los productos que son más frágiles, lo mejor es utilizar cajas de dos canales. Eso sí, comprobar siempre el cierre que tenga y habrá que asegurarse de que no se pueda abrir, en especial cuando tenga que pasar por otras manos.
Manipulación del propio paquete
En cuanto que el paquete se envíe, no se va a tener control sobre la propia manipulación. Las cajas de embalaje van a sufrir en no pocas ocasiones maltrato, por lo que vas a poder tener la seguridad de que será fuerte y de gran resistencia.
Clases de embalaje
Hay cajas de varios tamaños y acabados. Lo mejor en estos casos es elegir los que más nos gusten en cuanto al diseño y la rapidez que ofrezcan en el montaje y el cierre.
Diseño gráfico
Esto es algo que hay que tener en cuenta, pues el diseño exterior es muy importante. Una buena recomendación es que en la parte externa aparezca el logo de la empresa, lo que da una mayor sensación de profesionalidad al servicio realizado.
Clases de transporte
Los embalajes no pasan por los mismos procesos dependiendo del medio de transporte en el que se encuentren. Antes de que tener que elegir, deberemos pensar en la clase de transporte que va a tener la caja y el producto en cuestión. Esto es realmente importante para que podamos tener todo atado y no haya desagradables sorpresas.
Sin duda, con todos estos consejos, esperamos que te sea más sencillo poder elegir un buen embalaje. ¡Suerte en tu elección!