El sector del bienestar a domicilio.

El cuidado de nuestra salud y nuestro cuerpo es un aspecto fundamental en nuestras vidas. Sabemos que no basta con llevar una alimentación sana y hacer algo de ejercicio. Queremos tener a nuestro alcance servicios que solemos encontrar en un spa o en un gimnasio, y si es posible, disponer de ellos en nuestra propia casa. Esto ha abierto un interesante nicho de negocio. Hablemos un poco más de ello.

Cada día somos más conscientes de que llevar un estilo de vida saludable aumenta nuestra calidad de vida. Sabemos que si nos cuidamos nos sentimos más a gusto. Esto requiere dedicarnos un tiempo a nosotros mismos del que a veces carecemos. Entre el trabajo y las responsabilidades personales no conseguimos hacernos un hueco para ir al gimnasio o para seguir ese tratamiento de bienestar que nos hace sentir tan bien.

Por eso nos gusta, siempre que podemos, disponer de instalaciones en casa que encontraríamos en un centro de cuidado personal. De esta manera, podemos utilizarlas cuando podamos sin tener que desplazarnos a ningún sitio. Tener un pequeño spa en casa o un pequeño gimnasio, parece que nos anima a iniciar una rutina de cuidado personal, que de otra manera nos costaría más realizarla.

Así nos lo cuenta Ramón, gran aficionado a las saunas, que vive en Collado Villalba, pero trabaja en Madrid. Dice que al pasar por una sesión de sauna se siente rejuvenecer. Se encuentra pletórico. Por los desplazamientos para ir cada día a Madrid y por el trabajo, no encuentra tiempo para acudir a una de ellas. Por eso, un día contactó con Saunas Luxe, una empresa de Ávila que lleva más de 40 años fabricando e instalando saunas y les encargó que le colocaran una en una habitación que no utilizaba en su casa. Ahora, tres veces por semana, se da su sesión de sauna. Nota que se siente más a gusto y se descarga del estrés que va acumulando durante la semana.

Ramón vive más relajado, después de todo, eso es lo que le llevó a mudarse a la sierra. Tener una vida más tranquila y huir del bullicio de la gran ciudad, aunque tenga que desplazarse hasta ella todos los días para ir a trabajar.

Estos son algunos servicios de bienestar que se están asentando en las casas.

Jacuzzi.

Los Jacuzzis se pusieron de moda hace unos años. Quien podía se instalaba uno junto a la piscina del chalet o en el cuarto de baño. La verdad es que es una gozada darse un baño de burbujas acompañado de un zumo natural.

El jacuzzi es una bañera de hidromasaje con varias tomas de entrada y salida, en las que va rotando el agua del recipiente por medio de un motor, lanzando chorros a distinta intensidad y, en ocasiones, con diferente temperatura.

Alivia la tensión del cuerpo y la rigidez de la espalda, al lanzar chorros de agua a presión. Reactiva la circulación de la sangre después de pasar mucho tiempo sentado y promueve la flexibilidad de los músculos al ejercer sobre ellos un masaje acuático. Los jacuzzis de agua caliente son idóneos para aliviar los pies cansados y para reducir el dolor en las articulaciones.

Hay una variedad amplísima de modelos de jacuzzi, desde aquellos de uso individual, hasta pequeñas piscinas que se pueden utilizar en pareja o en grupo, compartiendo la sensación que produce, con amigos y familiares. Puede llegar a ser un elemento recreativo, propiciando momentos de sana diversión.

Instalar un jacuzzi en el interior de una casa no es tan sencillo como parece. En primer lugar, debemos disponer de una superficie, suficientemente grande, como para que nos quepa la bañera o el habitáculo. Debe tener una toma de agua y un punto de evacuación, por lo que además de instalarlo es frecuente que se tengan que realizar trabajos de fontanería. El motor del jacuzzi suele ser eléctrico y en ocasiones requiere una mayor tensión de la que se tiene contratada en casa.

También hay jacuzzis de exterior, que se instalan en un jardín o en una azotea. Igualmente, necesitas una buena infraestructura para abastecerlo de agua y de electricidad.

Saunas.

La sauna finlandesa, al contrario que el jacuzzi, se puede colocar en cualquier parte de la casa que queramos. Si bien es aconsejable tener cerca una ducha, puesto que la sauna forma parte de un ritual de cuidado personal que se culmina con una ducha de agua fría tras recibir el baño de calor.

Una sauna es un habitáculo cerrado, forrado por todos los lados con paneles o láminas de madera y una fuente de calor que coloca la temperatura del lugar entre 70 y 100º Centígrados. Los finlandeses suelen calentar unas piedras que sumergen en cubos de agua para generar vapor. En su interior hay bancos a diferentes alturas para mitigar el calor.

La sauna, además de abrir los poros de la piel y eliminar toxinas, sobre todo lo que hace es mejorar la circulación de la sangre y nuestra salud cardiovascular. Para eso no debemos permanecer dentro de la sauna más de 15 minutos seguidos, y si no estamos acostumbrados, iniciarnos con periodos cortos de 3 a 5 minutos.

Esta terapia ancestral, proveniente de los países nórdicos, es un fabuloso método para relajarnos y reducir el estrés. Dentro de la sauna, el cuerpo tiende a relajarse y la mente disipa los pensamientos recurrentes, alzando un estado aletargado del que debemos salir con una ducha de agua fría. No es ningún disparate, en Finlandia, origen de la sauna, los usuarios, tras pasar por el habitáculo de calor, se zambullían en un lago helado. Esto no se hacía para demostrar su valor, sino para propiciar una reacción del cuerpo.

Masajes a domicilio.

Si hay algo que hace que nuestro cuerpo se relaje y se sienta bien, estos son los masajes. Cada vez hay más masajistas que prestan sus servicios a domicilio. La web de European Health School señala que los masajistas a domicilio deben ser más versátiles que aquellos que trabajan en un salón de masajes.

Los salones de masajes y los centros de belleza suelen especializarse en algún tipo de masaje concreto: masaje deportivo, masaje shiatsu, drenaje linfático, etc. El cliente que acude al establecimiento sabe lo que va a recibir. Mientras, el masajista a domicilio debe adaptarse a las necesidades de cada cliente. Aunque haya concertado la entrevista por teléfono, no sabe lo que se va a encontrar hasta que llega al domicilio del interesado. La señora que le llamó pidió un masaje deportivo y en realidad lo que necesita es un masaje terapéutico para aliviar el dolor de espalda.

A no ser que tenga una clientela fiel y estable, y se haya ganado una reputación en el sector, el masajista a domicilio deberá saber practicar masajes ayurvédicos con aceites y esencias, reflexología, acupresión para cuello y espalda, y estar al tanto de las diferentes tendencias que se van abriendo paso en el sector.

Un masajista a domicilio debe ser un trabajador especializado, con títulos y diplomas que acrediten su formación y debe dejar claro por teléfono, de antemano, la duración de la sesión, el tipo de masaje que va a practicar y el precio del mismo, para evitar malentendidos.

Entrenador personal.

Otro servicio a domicilio que está alcanzando popularidad en los últimos años son el “personal trainer” o entrenador personal. Según el blog del portal de empleo Indeed, se trata de preparadores físicos que diseñan un programa personalizado para sus clientes y les guían y motivan para que alcancen sus metas de salud, imagen o bienestar.

El auge que ha alcanzado este servicio personalizado se debe, en mi opinión, a dos factores. A la falta de tiempo que tenemos para recurrir a otras alternativas y a la necesidad de disponer de un asesoramiento personalizado para alcanzar nuestros propósitos.

En primer lugar, el entrenador personal lo que debe hacer es una evaluación de las necesidades de su cliente. Debe escuchar atentamente cuáles son sus objetivos, pero también debe evaluar el estado físico de la persona a la que asesora. Si está acostumbrado a realizar ejercicio, con qué frecuencia lo hace, qué aptitudes físicas debe mejorar, cuál es la manera más efectiva para conseguir el fin perseguido, etc.

A raíz de ahí, desarrolla un plan de actividades, con distintas etapas y objetivos intermedios. A medida que se supera una etapa aumenta la intensidad del ejercicio o se trabajan otras partes del cuerpo.

El plan es una guía de trabajo, no un manual estricto. El entrenador debe estar valorando en todo momento los avances que va consiguiendo su cliente y detectar los puntos en los que el entrenamiento se queda flojo. Adaptando el plan a la evolución que experimenta el asesorado.

El entrenador debe ser un estupendo motivador, animando a su cliente a que vaya progresando y dándole perspectiva de que la meta está cada vez más cerca.

Seguro que pensando un poco, se te ocurren más servicios relacionados con el cuidado del cuerpo en casa. El bienestar a domicilio es un sector que goza de buena salud y de una fabulosa proyección.

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