El desempleo prolongado, los contratos basura, la pérdida de los subsidios de desempleo, la depreciación del trabajo, el cierre sistemático de pequeñas y medianas empresas, las familias con varios de sus miembros en la cola del paro,… La desfavorable coyuntura económica global ha incidido de manera directa en unos presupuestos familiares e industriales amenazados en muchos casos por la falta de liquidez inmediata y las dificultades de acceso a un crédito bancario que, a pesar de las inyecciones ejecutadas desde el Estado y la Unión Europea, no parece redundar de manera definitiva en la economía real.
De ahí que un cada vez más alto porcentaje de ciudadanos acudan a remedios provisionales para equilibrar el balance de sus cuentas como el empeño del coche, sobre todo en aquellas unidades familiares que, en momentos más boyantes, poseían más de un vehículo aparcado en el garaje común. Una solución que también es moneda corriente en este tipo de pequeñas y medianas empresas, que son las que más han acusado el impacto de la crisis y ven acercarse el hacha de la quiebra y el embargo a sus propiedades muebles e inmuebles.
Tanto es así que los empeños de coches se han multiplicado por tres durante el último lustro, auspiciados por las acuciantes necesidades económicas y por unas fórmulas que las compañías especializadas en leasing o factoring han ido amoldando a los contextos cambiantes de sus clientes, que además exigen máxima discreción y la mayor rapidez posible en un cobro que puede recibirse incluso en apenas 24 horas mediante transferencia bancaria, cheque bancario, cheque bancario conformado y hasta en efectivo.
Y es que, dadas las circunstancias, empeñar el coche familiar o de la empresa puede no significar desprenderse de él. Existen fórmulas en el sector del empeño de vehículos que permiten al usuario seguir disfrutando de su automóvil a cambio de una cuota de alquiler sobre su uso que se grava sobre el valor del empeño, estimado en algunos de los ratios más favorables del mercado en alrededor de la mitad del valor de la tasación en coches de una antigüedad inferior a los diez años y que estén completamente pagados y libres de cargas, sin reserva de dominio y con la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y el impuesto de circulación en orden. No obstante, el crédito puede oscilar entre el 40 y el 80 por ciento del valor de tasación. Obviamente, también influyen en el montante el estado del coche, el kilometraje recorrido y el modelo ofrecido –la gama alta permite una mayor flexibilidad respecto a parámetros críticos como la edad del automóvil-. De este modo, si el cliente encuentra satisfactorias las condiciones establecidas por la casa, el empeño de coches permite cubrir de manera provisional y eficaz los posibles agujeros que acechan a la situación financiera particular sin que por ello se pierda un servicio que para muchos es imprescindible en su día a día y que, por lo general, se puede recuperar en su totalidad devolviendo la integridad del importe percibido por su empeño.
En el momento del cobro, si no se opta por esta modalidad que incluye cuotas de alquiler, el coche queda en el depósito de la compañía por un tiempo prefijado con pacto de recompra que puede ir desde un mes hasta un año. A partir de esta fecha, las empresas de empeño suelen añadir intereses a la deuda contraída y que pueden incluir, en algunas firmas, los gastos de tasación del vehículo y la permanencia en depósito, aunque no en todas. Este cálculo de los intereses es el principal factor de riesgo que arroja una operación como empeñar el coche. En este sentido, Rubén Sánchez, portavoz de la organización de consumidores Facua, aconseja recurrir a empresas serias y especializadas que ofrezcan las debidas garantías a los clientes. «Hay que tener mucho cuidado con lo que se firma porque empeñar el coche puede ser la mejor forma de malvenderlo», advertía el portavoz en declaraciones a la Cadena Ser. «Nos están llegando numerosas reclamaciones de gente que, a posteriori, se da cuenta de que el dinero que le han ofrecido es muy poco y las cláusulas que han firmado son abusivas, hasta el punto de que hacen imposible recuperar el vehículo», concluyó Sánchez.