Suele suceder que, cuando buscamos con insistencia la manera de cuidarnos, nos olvidamos de una parte de nuestro cuerpo que resulta ser más importante de lo que pensamos en un principio. Siempre se tiene en cuenta la composición de nuestro cuerpo y de sus órganos a la hora de cuidar de nuestro ser. Queremos no tener problemas cardiovasculares, que nuestros músculos y huesos funcionen correctamente y que la buena salud mental, tan protegida y promovida a día de hoy, forme parte de nuestra vida. Sin embargo, nos solemos olvidar con facilidad de esa masa que recubre nuestro cuerpo y que se llama piel.
Y resulta que esta piel es imprescindible para obtener un alto grado de salud y de felicidad en nuestra vida. ¿Qué pasaría si esa piel fuera muy vulnerable? ¿Cuánto nos protegería de heridas o del frío? ¿Cuál sería la imagen que la gente tendría de nosotros y nosotras? Podríamos hacernos muchas preguntas, pero lo cierto es que todas ellas pueden evitarse con una única respuesta, que es la de cuidar de manera continuada de una piel que se erige como uno de los elementos de más importancia del cuerpo humano. Sin ella, no seríamos absolutamente nada.
Dicho esto, ¿cuidamos de nuestra piel como realmente deberíamos? Estamos ante una cuestión interesante y que seguro que levanta diversidad de opiniones entre muchas personas. Nuestra opinión es la de que se ha producido una mejora en el cuidado de la piel en términos generales. Sin embargo, también consideramos que es indispensable que se tenga en cuenta que todavía quedan pasos por dar en este sentido. Solo si apuntamos esto último encontramos la motivación suficiente, tanto a nivel colectivo como individual, para seguir mejorando los registros que existen en los tiempos en los que nos movemos.
Una noticia publicada en la página web del diario El País aseguraba que el 80% del daño que sufre la piel a lo largo de la vida se produce antes de que la persona propietaria de la misma cumpla 18 años. Se trata de un dato interesante y que nos debe servir, sobre todo desde nuestro ámbito de padres y madres, para proteger a nuestros y nuestras menores de los peligros que puede ocasionar, por ejemplo, el estar demasiado tiempo al sol durante los meses de verano. Ni que decir tiene que hay más cosas que pueden dañar nuestra piel, pero esa que os hemos mencionado es una de las más relevantes.
Es importante que siempre pongamos nuestra piel en el centro de todos los cuidados. No hacerlo es negligente, incluso aunque tengamos la certeza de que tenemos una piel que justo en este momento se encuentre bien cuidado. En este sentido, desde Estética Versátil llevan tiempo apuntando que hay muchas personas que han decidido darle una oportunidad a servicios ligados al cuidado de la piel aunque no tengan ningún problema específico con ella. La piel tiene memoria y un mal cuidado en lo que respecta a ella ahora puede provocar problemas de la máxima gravedad en el futuro, ya sea a corto o largo plazo.
El cáncer de piel y su relevancia en España
Existe, por desgracia, un tipo de cáncer que es el de piel y que en España ha provocado consecuencias para mucha gente. Según el portal web Statista, el número de fallecimientos a causa del cáncer de piel en nuestro país entre los años 2006 y 2019 ha sido más o menos de mil por año. Sin duda, se trata de una cifra muy importante y que, desde luego, hay que combatir. Lo primero que tenemos que hacer es darle visibilidad a un problema como este porque, por complicado que parezca, son muchas las personas que todavía a día de hoy desconocen su existencia.
La detección temprana, como ocurre en otras modalidades de cáncer, es fundamental para conseguir el objetivo de superar una enfermedad como de la que estamos hablando o hacerla más llevadera. Para ello, siempre es importante que nos interesemos por el estado de salud de nuestra piel y no nos olvidemos de ella, que es lo que sigue sucediendo en muchos casos, tal y como os comentábamos al principio de este artículo.
Hay que reivindicar la importancia que tiene un elemento como la piel en nuestra vida y poner todos los elementos que se encuentren a nuestra disposición para cuidarla. De ese modo, las posibilidades de sufrir algún daño o enfermedad se reducirán y, en términos de belleza, reluciremos mucho más con independencia de que seamos hombres o mujeres. Esos son objetivos que nos competen a todos y a todas. Por eso, no podemos hacer oídos sordos ante esto. Si cuidamos de nuestra piel, habremos dado un paso de gigante para conseguir una mejoría sustancial en nuestra vida.