Tengo la suerte o la desgracia, según se mire, de tener las oficinas de mi empresa en un edificio de viviendas del centro de Zaragoza y esto conlleva no tener que lidiar con otras empresas que tengan oficinas aquí, lo cual es bueno, pero sí hemos de lidiar con vecinos y al final no sé qué es peor. En esta comunidad tienen la costumbre de cambiar de presidente de escalera cada dos años y, desgraciadamente, me ha toca coger la batuta a mí este próximo enero como propietario dela planta del entresuelo y yo paso de este lío y por eso, a nivel personal, he contratado a este administrador de fincas en Zaragoza.
Obviamente yo no puedo obligar a todos los vecinos a ver las ventajas de contratar a un administrador para que se encargue de todo este tema y mucho menos puedo obligarlos a contratarlo pero lo que sí puedo hacer es contratarlo yo a nivel personal los dos años en los que yo tengo que ser el presidente de la comunidad. Sé que es dinero, pero a mí me merece la pena con tal de no tener que llevar más papeleo del que sea estrictamente necesario. Además, ellos viven allí y si se rompe algo o se estropea o se funde una bombilla con conscientes de ellos enseguida pero si a mí me pilla de vacaciones qué tengo que hacer ¿volver a las oficinas para arreglar el problema? Pues no. Lo que haré es llamar al administrador para que se apañe él con los vecinos y dicho problema.
Yo entiendo el miedo que puedan tener los vecinos porque cada día vemos noticias en los medios de comunicación que no animan nada a contratar a los administradores. Sin ir más lejos, hace unos días leí que ha sido detenido un administrador de fincas acusado de una estafa millonaria. Por lo visto ha estado estafando, durante años, a unas cuarenta comunidades de vecinos de Barcelona y Sant Adrià del Besòs y se ha embolsado cerca de un millón de euros.
Supongo que el hecho de tener acceso a las cuentas de dichas comunidades tan libremente le picó al bolsillo y decidió tejer un plan para asegurarse la jubilación. Aunque con ese dineral que se había ido guardando podía asegurarse la jubilación y la de sus hijos y nietos pero bueno, ese es un tema aparte supongo.
El caso es que yo no tengo tiempo para ser presidente de nada y si estoy obligado a ello por consenso vecinal lo que sí puedo hacer es gastar mi propio dinero en que otra persona ejerza este trabajo y os aseguro que merece la pena, o al menos eso pienso yo, así que os recomiendo que si estáis en una situación parecida a la mía, seáis empresarios o particulares aunque con más razón si se trata de empresarios, os hagáis con el teléfono de un buen administrador y deleguéis el trabajo porque ya tenemos suficientes quebraderos de cabeza y suficientes responsabilidades como, para encima, añadir una más.