Abogados laboralistas

Cuando un emprendedor monta de cero una empresa tal vez no piense en estas cosas pero la empresa que lleva ya un tiempo en el mercado sabe que lo va a necesitar. Un abogado. No se trata sólo de litigios sino de papeleo que él sabe llevar a cabo y de normativa que los demás desconocemos.

Durán & Durán son un bufete de abogados de empresa situados en Sevilla donde encontrarás a los profesionales más luchadores. Son abogados laboralistas y mercantiles profesionales y competentes que te ayudarán a encontrar la mejor solución y menos costosa para ti y para tu empresa. Su experiencia en casos particulares y empresas les avala puesto que han solucionado centenares de situaciones en los que no había un acuerdo entre la Dirección y le capital humano implicado en el litigio. En definitiva, son un sello de calidad.

Pero no sólo están del lado del empresario o de la pyme que necesita ayuda urgente, sino que también defienden a trabajadores que necesitan luchas contra una empresa que no ha cumplido lo prometido.

Conozco un caso de una chica que empezó a trabajar en una empresa don dos chicas más y 7 chicos, al cabo de tres meses el subdirector que habían puesto en la delegación donde estaba ella despidió a las otras dos jóvenes y los sustituyó por hombres quedando ella sola cómo única fémina. No le dio importancia, una casualidad, las otras dos chicas no valdrían. Pero la realidad era mucho más cruel. El jefe era un machista y misógino aseguraba entre compañeros que no se puede trabajar con mujeres de manera tranquila porque siempre la lían por algo y si ella seguía allí es porque no podía crear una plantilla enteramente masculina sin despertar sospechas entre los directivos. Si alguien tenía que dedicar la mañana a limpiar le tocaba a ella pero no se quedaba ahí la cosa porque descargar los camiones que venían cuando había pedido, que parece algo de hombres, también debía hacerlo ella sola ¿Y sabéis por qué? Porque la chica, para no ser despedida, estaba dando el 100% y era la más rápida en el almacén y con el camión, así que se aprovechaba de eso y luego la mandaba a limpiar mientras sus compañeros siempre tenían trabajos mucho más gratificantes.

Al final, como pasa siempre, el ambiente de trabajo era infumable y la joven comenzó a entrar en una depresión muy fuerte porque sus compañeros, no todos pero sí la mayoría, lejos de defenderla aprovechaban la situación y pedían y demandaban a un jefe que sabían les concedería todo lo que estuviera en su mano y pasaría el trabajo no hecho a ella. Denunciar fue la única manera de salir de allí porque hasta pidió que la despidieran pero no lo hizo porque más valía tenerla a ella que a pesar de ser mujer sabía trabajar a que llegara otra para no tener sólo hombres en plantilla que encima no hiciera la o con un canuto. Los pensamientos de este hombre eran para enmarcarlos y mandarlos a alguna asociación que luchara por los derechos humanos o de la mujer.

Denunció y ganó. Y espero que nadie tenga que pasar por algo así pero como desgraciadamente sigue sucediendo más nos vale tener abogados especialistas cerca que nos ayuden a seguir este camino tan necesario en algunas ocasiones.